La medida, que aplica para tiendas y supermercados, redujo número de riñas callejeras, dice Policía.
Escenas de ciudadanos bebiendo licor, que desde las noches de jueves son más frecuentes en Bogotá, fueron desapareciendo desde las 10 de la noche, pues a las 11 p.m. comenzó a regir la medida que prohíbe hasta las 10 a.m. la venta de licor en establecimientos públicos como tiendas, supermercados, canchas de tejo, galleras o salsamentarias.
Sectores como la Zona Rosa de Bogotá, los bares del barrio el Restrepo, la avenida primero de mayo mostraban un ambiente inusual de tranquilidad.
Aunque por el momento el incumplimiento de la medida es castigado por medio de comparendos pedagógicos, la gran mayoría de comerciantes se acogieron a la prohibición.
Pero a partir del 30 de junio las tiendas, supermercados, billares, panaderías y otros negocios similares (80.000 en la ciudad) que incumplan la norma serán sancionados con dos salarios mínimos legales vigentes, y los reincidentes serán objeto de cierres por siete días.
La Policía, que dispuso de 400 efectivos, entregó un balance positivo de la jornada. Desde las 12 de la noche no se presentaron homicidios y las riñas callejeras disminuyeron, informó el coronel Carlos Alberto Meléndez, oficial a cargo de la implementación de la medida.
Las autoridades esperan que con el paso de los días los dueños de establecimientos públicos y la ciudadanía reciban con más agrado la medida y que esta dé resultados cada vez más positivos, afirmó Meléndez.
La prohibición no cobija a negocios de venta de licor a domicilio.
Balance de seguridad
En la primera noche de restricción a la venta de licor en Bogotá no hubo homicidios.
Las autoridades reportaron que 1.358 personas recibieron amonestaciones pedagógicas.
También se reportó una reducción del número de riñas, ya que se reportaron 108, mientras que el jueves de la semana anterior se registraron 167.