El próximo domingo se llevará a cabo la segunda vuelta electoral en Perú entre los candidatos Ollanta Humala y Keiko Fujimori. La decisión final trae muchas dudas sobre lo que le depara al Perú en los próximos cinco años, especialmente por el hecho de que ambos candidatos traen consigo dos dilemas: Keiko podría representar un regreso a los años del terror de su padre Alberto, Humala podría representar la anexión del Perú al proyecto socialista de Hugo Chávez.
Las encuestas previas a la elección del 10 de abril siempre estuvieron en un constante cambio: al principio el ex-alcalde de Lima Luis Castañeda lideraba la intención del voto con Keiko como más cercana rival. Poco después comenzó a ascender el ex-presidente Alejandro "el cholo" Toledo, quien comenzó el camino del crecimiento económico peruano. Sin embargo, en últimas estancias aparecieron dos nuevos personajes, el ex-ministro y presidente del consejo de ministros Pedro Pablo Kuczynski, que comenzó a hacerse popular en el electorado más joven, y Ollanta Humala, quién con una nueva imagen quería desmarcarse de su tradicional imagen de chavista que le hizo perder las elecciones en 2006. Al final de las elecciones de aquel domingo, los reusltados arrojaban que el nacionalista Ollanta Humala y la conservadora Keiko Fujimori deberían ir a la segunda vuelta el día 5 de junio.
El resultado no dejó contentos a muchos peruanos: por una parte Keiko genera el temor de que su propósito principal siendo presidenta sea liberar a su padre el ex-presidente Alberto Fujimori, condenado por múltiples crímenes de lesa humanidad llevados a cabo durante su gobierno, además de eso Keiko también genera muchas controversias al no reconocer muchos de los errores de su padre. Por la otra, Humala aún es visto por muchos como un satélite chavista en el Perú y temen que al ser presidente Humala siga muchas de las líneas políticas del presidente venezolano Hugo Chávez, tal cual ha sucedido con Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua.
Pese a que las propuestas de ambos en aspectos como la seguridad, la lucha contra el narcotráfico, combate a la pobreza y repartición de las riquezas son similares, las propuestas en materia económica pueden representar la gran diferencia y sin duda un punto de quiebre para cualquiera de los dos candidatos. Perú ha crecido en promedio entre el 8 y el 9% durante los últimos años, la gran incertidumbre sobre quién ganará hace pensar si esta tendencia seguirá. Keiko es partidaria del libre mercado, pero a diferencia de su padre ella tiene una mayor tendencia neoliberal; así mismo ha prometido respetar los tratados de libre comercio que Perú ha suscrito en los últimos años. Humala, aunque es partidario de una economía más regulada, también ha prometido respetar los acuerdos comerciales del Perú, pero propone que sean revisados y renegociados a fin de proteger a los más afectados con dichos tratados.
Ambos son notoriamente populistas en sus discursos, pero en materia de propuestas se ha dado la gran diferencia. Keiko a lo largo de la campaña ha mantenido un único discurso en torno a su programa de gobierno, en cambio Humala lo ha cambiado varias veces, lo que ya le ha hecho contradecirse. Humala aún no deja en claro si su descontento con Hugo Chávez es real o sólo tiene fines electorales, tal parece que para los asesores de Lula trabajar con Humala no ha sido fácil y menos entre tantas contradicciones consecutivas. Los discursos no han estado ajenos a las acusaciones mutuas: Humala ha acusado a Fujimori de estar financiada por narcotraficantes y ha intentado revivir viejos fantasmas como el de Vladimiro Montesinos. Keiko por su parte le ha recordado su simpatía de otrora (?) con Hugo Chávez y el hecho de haber intentado un golpe de estado contra el presidente Alejandro Toledo.
De cualquier modo no va a ser una difícil decisión para el pueblo peruano. Tal parece que Vargas Llosa tiene razón en afirmar que elegir entre Humala y Keiko es como elegir entre el SIDA y el cáncer. Pero a decir verdad, la decisión no es tan difícil como parece: tenemos a Humala, un ex-militar que promovía golpes de estado y hacía apología a grupos terroristas como Sendero Luminoso, y tenemos a Keiko, una mujer estudiada con no suficiente experiencia pero sí con un mínimo conocimiento de cómo funciona un país. Estos son los motivos que me llevan a pensar que si bien Keiko no es la mejor opción sí es el menor de los males. Por eso, Keiko presidenta!