Una tía muy buena estaba en un bar tomando una Heineken.
El camarero no paraba de mirarle las piernas, y pensaba, "Qué buena está. Me la tengo que tirar." Así que le hecha una pastilla para dormir en la cerveza.
Cuando la chica se duerme se la lleva al almacén y se la tira. Luego le llama un taxi, y la manda a casa.
El taxista no dejaba de mirar para atras y decía, "Joder, qué buena está. No creo que se entere si..." El taxista para en un descampado y se la tira. Luego la lleva a casa y cuando entra el el portal la ve el portero y le dice:
"¿Qué le ha pasado?"
"Ha bebido demasiado y la traigo a casa."
"Tranquilo, ya la subo yo a su piso."
El portero coge a la chica y piensa, "Joder, qué buena está. Seguro que no se entera si..."
y la mete en la portería y se la tira. Luego la sube a su piso y se encuentra con el vecino de la chica.
"¿Qué le ha pasado a Pilar?"
"Ha bebido demasiado y la han traido a casa."
"Tranquilo. Ya me ocupo yo de acomodarla en su piso."
El vecino ya llevaba tiempo detras de la chica y piensa, "Esta es la mía. Seguro que no se entera si..." y la mete en su casa y se la tira.
Al día siguiente la chica vuelve al bar, y le dice al camarero, "Ponme algo de beber, anda."
"¿Una Heineken como siempre?"
"¡No deja, que me da un dolor de coño!"