Para el ex mandatario esto implicaría darle
estatus político a las
FARC y al ELN. El actual presidente declaró que lo que se busca con esto es la
restitución de tierras a los desplazados y
la reparación de víctimas de las guerrillas
El ex mandatario Álvaro Uribe pidió formalmente este sábado al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,
que desista de reconocer la existencia de un conflicto armado interno en Colombia, tal como se plantearía en un proyecto de ley que busca la reparación de víctimas.
En una carta dirigida a Santos, al gobierno y al Congreso, Uribe insistió en descartar el reconocimiento del conflicto armado, al considerar que
esta medida otorga estatus político a las guerrillas izquierdistas."En el significado histórico en América Latina, las palabras conflicto interno e insurgencia en alguna forma
han legitimado la lucha de grupos armados contra dictaduras. En Colombia, estos grupos han atentado contra una democracia pluralista.
Las acciones de estos grupos son terroristas", reseñó el documento.
Uribe también cuestionó que se pueda hablar de conflicto interno, al aseverar
que las guerrillas se financian con el narcotráfico, y sostuvo que durante su gobierno (2002-2010) se negoció la desmovilización de los paramilitares de extrema derecha sin hacer uso de ese término. También señaló que reconocer el conflicto interno enviaría un
mensaje equivocado a Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, que
incluyeron a las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en sus listas de grupos terroristas. "Reconocer conflicto interno es convalidar la actitud de los vecinos que se niegan a clasificarlos como terroristas y darles patente para que vuelvan con el pedido de reconocimiento de beligerancia (estatus político)", reseñó la carta.
El ex mandatario también cuestionó declaraciones del presidente ecuatoriano Rafael Correa esta semana en Bogotá, quien deseó que
"el conflicto armado de Colombia termine con una solución pacífica que no implique más derramamiento de sangre"."El presidente de Ecuador, cuando era candidato, justificaba a las FARC y ahora vino a Colombia a decir que cómo vamos a negar que tenemos un conflicto", dijo Uribe durante un evento público en Valledupar (880 kms al norte de Bogotá).
La Ley de Víctimas, que contempla también la restitución de tierras a campesinos desplazados por la violencia, fue presentada por Santos ante el Congreso en septiembre del 2010 y solo le falta un debate, probablemente la semana próxima, para su aprobación definitiva. Para ello, el reconocimiento del conflicto armado fue acordado esta semana en una reunión del gobierno y las principales bancadas parlamentarias, lo que inmediatamente generó una controversia y críticas por parte de Uribe.
La ley buscará reparar a las víctimas de las guerrillas, los paramilitares y de la fuerza pública desde 1985. Santos reconoció esta semana que se incluirá el término en esa legislación y dijo que "hace rato que hay un conflicto armado" en Colombia. Pero
rechazó que ello implique un reconocimiento político de las guerrillas. "¿Que eso quiere decir que le estamos dando un estatus político a la contraparte? De ninguna manera. ¿Que va a abrir el camino a la beligerancia? Tampoco. No tiene nada que ver lo uno con lo otro", dijo el mandatario este sábado durante un evento público en Medellín (400 kms al noroeste de Bogotá). Además, el presidente explicó que Colombia forma parte de la Corte Penal Internacional, "lo que la obliga a reconocer las leyes y procedimientos del Tratado (de Roma), entre ellos, el conflicto armado interno".
El viernes, el embajador estadounidense en Bogotá, Peter McKinley, descartó que el reconocimiento del conflicto armado signifique conceder beligerancia, al decir que
"no vemos que esa designación cambie de estatus para los que están en la guerrilla. No veo que las declaraciones del mandatario colombiano tengan algún impacto sobre las relaciones bilaterales".
Las FARC actúan desde hace 45 años en Colombia, en este momento con unos 8.000 combatientes, y el ELN cuenta con unos 2.500 combatientes.