La nueva Cheyenne, es un producto muy bien ejecutado, que resalta no solo por haber incrementado la rigidez de su chasis en un 230% con relación a la versión anterior, sino que sus interiores, amplios y espaciosos, están diseñados con una atmósfera que más bien los acercan a una camioneta del tipo recreativo (mal llamadas SUV´s) de lujo.

Tiene dos motorizaciones dentro de los seis paquetes que se ofrecen al mercado, la primera integra un motor 4.8 litros, V8 de cuarta generación, que eroga 295 caballos de poder y 305 libras-pie de torque. El segundo propulsor es un V8 de 5.3 litros, que desprende 315 caballos y 338 libras-pie de empuje desde las 4400 revoluciones por minuto.

Los interiores han sido cuidadosamente diseñados para que ya sea en el campo o en la ciudad, le ofrezcan una atmósfera cómoda, refinada, de buen gusto y con prácticamente todos los controles (audio, aire acondicionado, espejos eléctricos, seguros, caja reductora y demás) al alcance de la mano.