El Ministro de Relaciones Exteriores de Tontilandia visita al Papa. Al despedirse, una vez terminada la reunión, le manifiesta:
"Dele mis más sinceros saludos a su esposa", y se marcha.
Sorprendido, el Papa le manifiesta a su ayudante:
"¿Vio que falta de respeto? ¡Mandarle sus saludos a mi esposa!"
"Despreocúpese, su Santidad, no es la primera vez que eso nos pasa con este señor. ¡La vez anterior nos mandó un mensaje felicitándonos cuando ganaron los Cardenales de San Luis!"