“El NO cumplimiento de las Normas del subforo es causante de infracción” dice la leyenda – Solo por eso, no pondré nombres reales, ni mucho menos nuestras edades en el relato de aquel día cuando todo sucedió…
-(Ubicación: En algún lugar del bosque de San Francisco, Colorado, en medio de una tormenta de nieve)-
-Yo estaba totalmente aturdido en aquel momento, estábamos perdidos en medio de la nada, solo se oía su respiración agitada al borde del clímax y el golpetear de la nieve en el parabrisas del automóvil, mientras yo trataba de controlar los espasmos del orgasmo que explotaba dentro de mí… no lo podía creer… su temperatura corporal era casi tan caliente como la de sus fluidos vaginales que inundaban la parte trasera del Toyota rojo cereza de mis padres, pero en ese momento mi mente estaba en otro lugar, a demás de la preocupación de dejarla embarazada por los ríos de semen que corrían dentro de ella, me quede paralizado al tratar de recordar, ¿cómo había llegado hasta este punto? Y ¿cuando accedió a entregarme su virginidad así tan fácil?... Les juro que todo el tiempo que estuve tratando de seducirla desde que me enamore de ella, pasó frente a mis ojos en un segundo. Pero bueno, me estoy adelantando…
El primer recuerdo que paso por mi mente, fue de cuando todavía éramos unos… ¿Cómo lo podría decir sin meterme en problemas?... todavía teníamos una mente inocente. Recuerdo cuando su madre la llevaba a mi casa; mientras ella jugaba todo el día conmigo, su madre se dedicaba a las labores del hogar, o sea, ella era la sirvienta de mis padres. Tiempo después cuando crecimos y nos volvimos mayores, su madre enfermó y ya no pudo seguir laborando en mi hogar, por lo que a su hija se le otorgo un cuarto propio en mi casa para que pudiera realizar las labores de su madre sin preocuparse por realizar viajes tan largos hasta su casa.
Ella era como una hermana para mí; comíamos juntos, reíamos juntos, y a veces hasta dormíamos juntos (sin tener contacto físico, claro). Nos teníamos mucha confianza.
Ella desarrolló un cuerpo escultural mientras crecíamos juntos, (les puedo asegurar con toda certeza que su cuerpo estaba más desarrollado que el de mi hermana mayor, pero esa es otra historia). Sus caderas eran anchas, su abdomen plano, una pequeña cintura, cabello largo rojizo y unas tetas redondas y bien paradas; eran tan espectaculares que cuando limpiaba la mesa de la cocina, mi padre y yo nos quedábamos hipnotizados por el bamboleo de sus grandes senos que sobresalían de su poco pronunciado escote. Todos los días esperábamos ese momento antes de la hora del almuerzo. Era un poco incomodo estar con mi padre solo para ver si en algún momento su delgada blusa casi transparente nos dejaba ver la sombra de sus pezones erectos… ella sabía que teníamos una mirada lasciva sobre su majestuoso cuerpo, y nosotros sabíamos que le excitaba el hecho de que nosotros viéramos a través de su ropa.
Por mi mente pasaban aquellos excitantes recuerdos de cuando se insinuaba hacia mí en son de broma. En una ocasión, mis padres salieron de noche y nos quedamos solo ella y yo en la casa. –Pórtense bien y no hagan travesuras- dijo mi madre, mientras a mi padre se le dibujaba una sonrisa y me hacia una mirada furtiva, como queriéndome decir –“esta es tu oportunidad hijo, esta es la noche”-…
Pasadas las 10:00pm apagamos las luces y nos sentamos en el sofá de la sala mientras veíamos una película de terror, era del tipo de películas en las que sabes lo que va a suceder en todo momento, pero aun así dan miedo. No pasaron ni 20 minutos y ella ya estaba gritando de miedo; yo pensé, “esta es mi oportunidad”. En el momento que me iba a acomodar para poder pasar mi brazo sobre ella, de alguna manera saltó del susto por una escena y termino abrazándome fuertemente contra sus pechos… pero el detalle que me llamo más la atención, fue que mi mano derecha cayo justamente entre sus muslos, pero ella seguía viendo la película como si yo no hubiera estado ahí. Ella seguía abrazándome, mientras yo lentamente buscaba un espacio entre su delgado short para poder acariciar su clítoris, sabía que si llegaba hasta ese punto, lo que seguía iba a ser pan comido. Lentamente con dos dedos fui corriendo su short poco a poco, parecía una eternidad y mientras ella seguía concentrada en la película, yo tenía una gran erección que no podía esconder bajo mi short por la posición en la que estaba. ¡Al fin!, logre correr la primera capa de tela del short, hasta llegar a sus bragas. Cuando intente remover la tela que separaba a mis dedos de su clítoris, sentí como le jalaba un vello púbico. En ese momento pensé que ella se iba a parar de un salto enojada e iba a empezar a gritar y a decir groserías (como siempre lo hace cuando está molesta), pero no lo hizo, en vez de eso ella soltó un leve suspiro que salía de sus carnosos labios mientras cerraba sus ojos.
En ese momento, la película llegó a su fin y se levanto de golpe mientras corría hacia su cuarto. Yo le pregunte –A dónde vas con tanta prisa- y ella solo dijo –necesito cambiarme, es una emergencia-. Yo la seguí hasta su cuarto para tratar de espiarla mientras se cambiaba de ropa, pero llegue demasiado tarde, ella salió hacia la cocina diciendo –Vamos, preparare la cena-. Mientras ella caminaba a la cocina, note que su apretado short, se le estaba metiendo entre la raja de sus nalgas y sus labios vaginales; “no se cambio de ropa, solo se saco las bragas”, pensé en ese momento, a lo que yo le respondí –Espera un momento, yo igual voy a cambiarme- jajaja, cambiarme era una excusa para ir a buscar su ropa interior a su cuarto como algunas veces lo había hecho. Ya estando en su cuarto localice su cesto de ropa sucia, y sobre toda la ropa ahí estaban las bragas que había utilizado. Me las acerque a la cara para olerlas, pero algo se me quedo pegado a la nariz, era su lubricante vaginal viscoso que se me había impregnado. No lo dude, en ese momento saque mi pene y lo empecé a restregar en sus fluidos vaginales que todavía estaban tibios, mientras me imaginaba penetrándola salvajemente en la cocina, corriendo su short a un lado e introduciéndole mi verga caliente en su vagina virgen y angosta, mientras ella gritaba de pasión y a la vez de dolor, mojando con semen, fluidos vaginales y un poco de sangre el piso de la cocina y su ropa, mientras le introducía un dedo en el ano y apretaba sus tetas con fuerza para que saliera su leche (imposible para ese entonces, pero siempre me gustó imaginármelo). Cuando de pronto sonó el teléfono de la cocina. Inmediatamente salí de su cuarto corriendo con los pantalones abajo para que no se diera cuenta que estuve husmeando entre sus cosas, pero no tenía idea de que la llamada que recibiría en ese momento iba a ser la que causaría todo este desastre.
Continuará.