Respuesta: la encargada del bar se me puso a cuatro patas
Solía ir a un bar a beber cerveza en el que había una camarera venezolana de 40 años. Su cara mostraba que en su adolescencia había sido muy bella. Tenía un culazo, caderas anchas, superfemenina. Enseguida noté que era su cliente favorita, que le gustaba. El tonteo llevó, primero a encontrarnos una noche de copas y acabar follando en casa de un conocido. Deciros que esta visiosa del sexo la chupaba de lujo. Le encanta tragarse el semen. Esa noche echamos un par de polvos, corridas que por supuesto se tragó enterita.
Las otras veces ya comencé a penetrarla por el culo, le encantaba, como disfrutaba la muy puta. Me decía que le encantaba comerse mi poya, sentirla en su coño, pero más en su enorme culo. Encularla era un enorme placer. Rodarle un poquito el tanguita y abrir sus nalgas con mi gorda poya, sentir como abría su culo. Qué rico!
La muy puta se corría cuando le comía el coño, siempre se abría y agarraba mi cabeza para que se lo comiera. Sentir sus jugos era maravilloso. Lástima que regresó a su país. Lástima para mi poya que aún recuerda sus chupadas y las enculadas
|