Iniciado por Diego San Gracias a la combinación de inversiones en publicidad y presión política, las entidades con ánimo de lucro en los Estados Unidos logran absorber cada vez más recursos públicos, recursos que ya no son invertidos en educación e investigación de calidad en las universidades públicas y privadas tradicionales, y fluyen en cambio hacia las arcas de inversionistas, gracias a las falsas esperanzas que les ofrecen a las personas socialmente excluidas del sistema de educación superior. El argumento de los defensores del modelo con ánimo de lucro es, así, populista, pues apela al elitismo de las universidades tradicionales, sin enfrentar en serio las verdaderas causas de la exclusión social. "El setenta y cinco por ciento de los estadounidenses no tiene un diploma universitario", dice Marc DeFusco. "Por eso, si el señor Obama tiene razón y los americanos necesitan más educación, la cuestión es, entonces, cómo convencer a gente que no sabe nada de la educación de que ella es importante". La importancia de la que habla DeFusco, sin embargo, es relativa, como él mismo lo admite. "¿A qué universidad le gustaría enviar a sus hijos?", le pregunta en cierto momento el periodista de Frontline. El exdirector de la Universidad de Phoenix, el defensor del modelo con ánimo de lucro, responde sin dudarlo: "Espero que vayan a una [universidad] de élite [....] Y voy a explicarle por qué: porque todavía hay un sistema interesante de selección en este país. [...] Creo que los americanos piensan que graduarse en [una universidad de] la Ivy League es significativo, y graduarse en la universidad estatal local tiene otro sentido. Y yo quiero que mis hijos también tengan ventajas. [...] [Además,] quiero que mis hijos estén sobre-educados, que aprendan cosas que no necesitan. Creo que es un lujo y es un privilegio que tenemos en este país desde hace muchos años". Escrito por William Díaz Villarreal |