Simone HaackSimone Haack es una pintora nacida en 1978 en Rotenburg / Wümme, Alemania. Estudió en la Universidad de Bellas Artes de Bremen, Alemania, entre 1997 y 2004, en la Unitec School of Art and Design en Auckland, Nueva Zelanda, en el 2000 – 2001y en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts Paris, Francia en el 2004 y el 2005. Simone sigue la tradición de los clásicos del arte: ella pinta. El ser humano es su interés primordial, sobre todo la figura femenina. La artista elige posturas y perspectivas inusuales para sus pinturas. Sus mujeres por lo general permanecen en una postura corporal que oscila entre ser existencialmente muy recargada y a la vez de una naturalidad casual. Los personajes que aparecen en cuclillas, o más bien en postura de embrión son su leitmotiv. La protección y la falta de protección son temas a ilustrar y una experiencia básica de las personas. 
Aunque sus pinturas siguen las reglas de la pintura realista, todavía establecen una “realidad asociada a los sueños, la memoria y la imaginación”. Esta impresión es reforzada por la artista abandonando una participación territorial en la representación. Los personajes de Simone Haack se sitúan a menudo en un espacio que más o menos estimula las fantasías del espectador, tanto en su faceta más inquietante (los cuadros de las gemelas nos recuerdan “El Resplandor”), como en los desnudos femeninos y algunos masculinos que nos ofrece un aspecto más de vulneración que de erotismo.
Simone Haack prefiere una paleta fría y reducida a pesar de algunos fuertes contrastes de color. Tonos azules mezclados, rojos mezclados, violetas mezclados y mezclas de blancos. En algunas de sus pinturas sin embargo, amplia su paleta a favor de un mayor contraste. La paleta de colores se reduce sobre todo en sus cuadros de desnudos, aludiendo sobre todo a las pintura contemporáneas del artista belga Michaël Borremans a quien Simone Haack está enormemente agradecida.
Que sucede en las pinturas de Simone Haack es misterioso y desconcertante. Esto queda reflejado en obras como las que muestran figuras femeninas en actos misteriosos. Otra característica de su obra es la composición de sus retratos, a los que carga con una extraña expresión que produce un extraño efecto en el espectador, creando una tensión en el espacio que hay entre la visión de sus pinturas y la intención de la pintora.