Mary ya empezaba a coger el mismo ritmo que cuando me la chupa a mí, la estaba devorando con los cinco sentidos. Se la metía hasta donde le cabía, se la sacaba, me miraba, le pasaba la lengua a lo largo del tronco, jugaba con el capullo.
Roy, por su parte, se había arrodillado delante de mi esposa y tumbándola de espaldas en la cama empezó a pasar su lengua por el bizcochito de mi mujer que estaba realmente caliente a juzgar por sus gemidos y por la humedad que se apreciaba en su coño.
La nueva posición de mi esposa, hizo variar la de Rick, que como quería seguir teniendo su verga en la boca de mi mujer, se coloco de rodillas en la mesa con las piernas separadas siendo ahora él quién metía y sacaba su polla de la boca de Mary ofreciéndole de vez en cuando sus testículos para que se los metiera en la boca, lo que mi esposa hacía constantemente y vehementemente sacaba toda su lengua para pasarla por el culo de Rick y regresar nuevamente a los testículos.
Yo al lado de mi mujer y cerca de los huevos de Rick le decía al oído:
- ¿Te gusta?
- Mucho. – Respondía. Aunque muchas veces no podía responder pues enseguida tenía la verga o los huevos de Rick otra vez en la boca.
Roy, se levanto y dio vuelta alrededor de la mesa para quedar su vientre cerca de la cara de mi esposa. Le dijo:
- Chúpamela ahora un poco a mí, que te vamos a coger putita.
Mi mujer se giró y se encontró con otra verga hermosa a la altura de cara. Lo agarró y mirándome entreabrió sus labios para que aquel otro enorme pito perdiera su cabeza dentro de la boca de mi mujer.
Mary sin dejar de mirarme se lo saco y lo recorrió con su lengua desde la base hasta la punta. La tenía allí chupando a pocos centímetros de mí cuando de repente la situación cambió. Mi esposa mamaba con ansiedad aquella verga, la ansiedad que le provocaba sentir la lengua de Rick entrando en su coño que a estas alturas estaba totalmente empapado.
Mary, sin dejar de masturbar aquella verga se la saco de la boca y me la ofreció.
- ¿Qué quieres que haga? – le pregunte.
- Me gustaría que me la dieras tú la verga de otro hombre en la boca.- Me contestó.
Mi esposa sujetándome y muy suavemente halo mi mano para que le agarrara la verga a Roy y acto seguido abrió la boca y pasándose la lengua en los labios dijo. – ¡Amor, dame de comer verga de otro hombre!, y haciendo un movimiento coordinado levante su barbilla y metí la verga entera de Roy en su boca.

La sensación que tuve es difícil de explicar. Era la primera vez que tenía una verga de otro hombre en la mano y la depositaba en la boca de mi mujer. Sensación que me súper calentó.
Mary me miraba y acariciaba la muñeca de mi mano que sujetaba la verga de Roy, guiándola posteriormente en un movimiento de arriba abajo para masturbar aquella gruesa y dura verga. Cada vez que el glande de la vega de Roy quedaba expuesto por la masturbación que le hacía mi esposa sacaba la lengua y la acariciaba.

Así estuvo mi esposa un buen rato hasta que note que sus suspiros se hacían más intensos. Por el rabillo del ojo pude observar que Rick sujetaba por las caderas a mi esposa y la colocaba en la mesa a lo ancho, de manera que sus piernas quedasen fuera de la cama.
Rick le decía:
- Vas a disfrutar de esta verga, preciosa ¿quieres que te coja verdad?
- Métemela ya, la quiero toda. – Contestaba Mary.
Yo que no quería perderme la penetración, solté la verga de Roy y me acerqué a observar. Entonces Mary, muy excitada, me dijo:
- Me la va a meter toda para que tú lo veas, me va a coger con esa vergota. ¿Quieres que me coja? me van a hacer disfrutar como nunca y me llenaran de leche.
Rick paso los dedos por el coño y recogió algo de liquido y humedeció la punta de su verga, y lo acercó a la vagina de Mary, que por entonces estaba chorreante. Extendió su mano izquierda agarrando con suavidad y dulzura la polla de Roy a la que empezó a masturbar.
- Me encantan. Que grandes. Que gordas. – comentaba mi mujer. Mi mujer no pudo decir nada mas pues empezó a gemir al notar la verga de Rick frotarse contar su clítoris.
Rick colocó su verga a la entrada del coño de Mary y empujo suavemente entrando en él.


Mi esposa dio un respingo acompañado de un profundo jadeo. Yo veía como el coño de Mary empezaba adaptarse a aquel grosor. Rick entraba muy despacito y en cada metida mi mujer suspiraba y ponía los ojos en blanco girando de gusto su cabeza a los lados y sin soltar la polla de Roy que movía frenéticamente.
Mi mujer pedía, suplicaba que se la metiera entera y empujaba su pelvis hacia delante, hasta que lo consiguió.
Mary había colocado sus piernas alrededor de las caderas de Rick y su movimiento pélvico hacia delante hizo que la verga le entrara hasta el fondo. Mi esposa lanzo un grito, no de dolor sino de gozo cuando aquella verga le lleno su coño. Se retorcía, gemía, suspiraba, -Dame fuerte –gritaba, ponía los ojos en blanco giraba su cabeza constantemente hasta localizar la Roy y cuando la vio abrió su boca pidiendo que se la metiera.
Roy hundió su verga en la boca de Mary mientras con dulzura y lentitud Rick metía y sacaba su enorme tranca del humedecido y dilatado coño de mi esposa.
Estuvieron un buen rato follando por boca y coño a mi esposa, que no paraba de gemir y retorcerse de gusto ante mis asombrados ojos, mientras yo le susurraba lo mucho que me gustaba verla bien cogida por aquellos bellos ejemplares de macho.

Mi esposa me miraba, me daba la mano que sentía yo temblar antes los espasmos que aquella polla le estaba produciendo.