Rick que no daba el masaje no pudo contener la excitación por más tiempo y su verga empezó a latir con virulencia por debajo de su pans. Mi mujer que lo noto, lo miraba cada vez más, sonrojada y mirando hacia mí.
Roy separó con gran suavidad las piernas de mi esposa, dejando ya perfectamente visible su bien depilado bizcochito y sus labios.
Mary no protestó, se limitó a mirarme. Se veía perfectamente que tenía el coño húmedo. Sus manos fueron deslizándose muy despacio por el lado de la mesa, hasta estar apenas 5 centímetros de la verga Rick que estaba en el lateral de la mesa de masaje.
Yo pensaba para mí: “otra sacudida de aquella verga prisionera debajo del pans y alcanzaría los dedos de mi esposa”.
Y efectivamente así sucedió. La polla de Rick empezó a latir con movimientos rítmicos y cada vez que se estiraba tocaba los dedos de mi esposa que retiraba la mano silenciosamente para volver a colocarla en el mismo sitio.
La situación era de esta manera:
Mi mujer tendida sobre la mesa boca abajo, completamente desnuda, con la cabeza ladeada hacia el lado en el que se encontraba Rick quedándole la cara a unos 50 centímetros la verga de aquel guapo masajista y la mano a unos 10. Las piernas ligeramente separadas, lo que permitía distinguirle el bien depilado vello de su coño y la separación de los labios.
Rick, en el lado de la cama hacia el que miraba mi esposa con una erección tremenda, intentando que aquella vergota tocase la mano de mi esposa.
Roy, detrás de ella masajeándole desde los tobillos a las nalgas y cada vez que se acercaba a su culo estirando el dedo gordo de su mano hasta rozarle levemente su coño y ano indicándome con su mirada que mi esposa estaba húmeda.
Rick decidió ya pasar a la acción. Se inclino desde el lateral de la mesa hacia la espalda de mi mujer con la excusa de darle masaje en el dorso, pero la verdad era que lo que quería era que su verga quedara depositada en la mano de mi mujer. Y lo consiguió. Mi esposa al principio intento retirar la mano, me miró sonrojada con una ligera sonrisa, como pidiendo permiso. Yo le sonreí. Ella creyó ver en mi sonrisa cierta complicidad con lo que no retiro su mano sino que con los nudillos y muy despacio empezó a acariciar aquella verga.
Mientras, Roy viendo lo que mi esposa estaba empezando a hacer con los nudillos sobre la polla de su compañero, separó un poco más las piernas de mi esposa y ni corto ni perezoso recorrió con su dedo índice la vagina de mi mujer, oyéndose un suspiro proveniente de la boca de mi mujer, que mirándome, empezaba a dejarse hacer.
Roy me mostró el dedo que acababa de pasar por la entrepierna de Mary. Estaba totalmente empapado.
Mary, me miraba y me miraba.
Rick me indico que me acercara a su lado. Una vez que estaba a su lado, le dijo a mi mujer.
-Tu marido te va a ofrecer algo que te va a gustar. Quítame los pantalones. – Me dijo.
Yo, sin dejar de mirar a mi esposa, que seguía sintiendo el dedo de Roy acariciándole su bizcochito, le baje el pantalón a Rick y emergió una verga tremenda. Gruesa, larga y Dura delante de la cara de mi esposa que lo miró con cara de asombro.
- ¿Quieres que tu esposa me mame la verga? – Me pregunto Rick.
No sé si era susto, asombro por el tamaño y grosor de aquel pene, pero en la cara de mi mujer note una cierta expresión mezcla pasión - gula.
Yo antes contestar a Rick, me puse al lado de mi esposa y le susurre al oído.
- ¿Has visto que polla tan grande y dura tiene?
- Si. – Contestó en voz baja después de unos segundos y no sin cierta timidez.
Roy, me hacía gestos de que el coño de mi esposa estaba realmente húmedo.
Cada vez que en cada ida y venida que Roy hacia desde los tobillos a las nalgas, el dedo gordo le estaba acariciando la raja de su coño y el ano provocando en mi mujer un movimiento de separación de piernas,
Yo, que seguía al lado de Mary, continuaba diciéndole cosas al oído:
- ¿Te gustaría sentir esa verga en tu boca?
Ella, que estaba súper excitada, intentaba apartar la mirada de aquella hermosa verga que tenía a escasos centímetros de su cara, y buscaba mis labios. Yo La besé metiéndole la lengua un par de veces pero a la vez le retiraba dulcemente la cara para que siguiera contemplando aquella verga.
- Cada vez la tiene más grande, - le dije.
- Si. – Contestó.
Ella empezó a buscarme la verga bajo el pantalón y me la empezó a acariciar. La tenía bastante dura pero ni mucho menos llegaba a las dimensiones de la de Rick.
- ¿Te gustaría agarrársela?
Ella no contesto, me miraba y seguía buscando mis labios.
- ¿Quieres movérsela despacio para que sientas toda su dureza?
Tampoco ahora contestó.
-¿Te gustaría masturbarlo?
Al fin Mary dijo: - ¿Quieres que lo masturbe?
- Si.- Contesté.
Mary se sentó en la cama al lado de Rick que también hizo lo mismo. Estaba asustada pero a la vez excitada.
Rick me dijo:
- Acércale la mano a mi verga.
Yo tome la mano de mi mujer, y se la acerque a la polla de Rick. Mary la agarró. ¡Dios mío, era la primera vez que mi esposa tenía entre sus manos una verga que no fuera la mía! Vi claramente que la mano de Mary no abarcaba la verga entera.

- Hazme una puñeta, Le dijo Rick a mi esposa.
Mary mirándome, empezó a mover la verga de Rick de arriba debajo de manera rítmica, comprobando que en cada bajada la piel del prepucio dejaba ver un capullo grande y rosa.
Rick cada vez suspiraba mas, su verga gracias a la caricia que mi mujer le estaba haciendo, estaba a tope. Él le pasaba los dedos por el brazo a mi mujer que seguía moviendo la mano suavemente arriba y abajo.
Ella miraba esa polla y de vez en cuando me miraba a mí. Yo le comentaba:
- ¿Mira como se la has puesto?
Un par de veces Rick intento acercar la cabeza de Mary a su verga para que se la mamara pero parecía que mi mujer, de momento no quería.
Entonces Rick se sentó al lado de mi mujer y empezó a acariciarle los muslos con la yema de sus dedos.
Unos segundos más tarde, consiguió separar las piernas de mi mujer, colocando una de ella sobre su rodilla, a la vez que le iba acariciando la cara interna de los muslos pero sin llegar a su vagina.
Rick le pidió a Mary que se la meneara un poco más rápido, lo que mi mujer hizo provocando en aquel hombre una respiración más profunda y rápida.
Rick empezó, con su dedo índice a jugar con la rajita de mi esposa, cosa que debió gustarla toda vez que mi mujer separó algo mas las piernas cerrando los ojos brevemente.
Rick, separó sus labios vaginales dejando al descubierto un coño húmedo a más no poder. Mary me miró y observó cómo me deshacía de mi pantalón y empezaba a masturbarme viéndola masturbar a aquel tipo y viendo como el Roy era quien ahora seguía masturbándola también. Ante tal situación la reacción de Mary no se hizo esperar: Empezó a lanzar leves suspiros que nos indicaban que mi mujer estaba gozando lo que aprovechó Rick para, suavemente, inclinar la cabeza de mi esposa hasta su verga, no encontrando en este tercer intento resistencia.
Mientras, Roy, con una de sus manos jugueteaba con el clítoris de Mary y con la otra le introducía primero un dedo y luego dos haciendo que mi mujer lanzara sus primeros gemidos de placer.
Mary ayudada por la poderosa mano de Rick, bajó lentamente su cabeza hacia aquella hermosa verga, y entre algún que otro gemido, provocado por las entradas y salidas de los dedos de Roy en su coño, apoyó sus labios en aquél grande y rosáceo capullo.
Mary me miraba constantemente, como preguntándome si podía comer esa enorme tranca, a la vez que de vez en cuando cerraba sus ojos por efecto de las caricias de Roy.
Sin dejar de mirarme, mi esposa entreabrió sus labios ocultando en su boca, parte de la verga Rick. Mi mujer le estaba haciendo una mamada a aquel masajista. Cada vez más atrevida, Mary mientras chupaba acariciaba los huevos de Rick con suavidad, a lo que Rick respondió tumbándose hacia atrás diciendo entre jadeos:
- Chupa puta, te voy a meter toda verga….