El anciano yacía en su lecho, moribundo, en compañía de su nieto. Con un gesto leve, le indica al joven que se acerque para expresarle su última voluntad.
El nieto pregunta con cuidado:
- ¿Abuelo, cuál es su deseo?
- Quiero ser cremado y que mis cenizas se rieguen en todas las casas de las mujeres que amé...
- ¿Y por qué esa ocurrencia abuelo?
- Será el último polvo que les echaré a todas...