Adolescente se carga a su madre por confiscarle la PlayStation.
Aunque en AnaitGames éramos muy fans de El caso y nos gusta escribir sobre sucesos escabrosos, no solemos hablar muy a menudo de este tipo de historias en las que algún tarado usa como excusa una consola o un juego para acabar con la vida de algún familiar y amigo. Y no lo hacemos básicamente porque ocurre casi cada día, ya sea con consolas, dinero, drogas, coches o cualquier objeto por el que un loco peligroso pueda sentir cierto apego. Sin embargo, el caso de hoy es tan macabro según lo relatan en
Destructoid, que no he podido resistirme.
Sur de Filadelfia, día después de Acción de Gracias. El joven Kendall Anderson, de 16 años, discute con su madre Rashida. Al parecer, la progenitora le ha confiscado la PlayStation (no se especifica qué modelo) por algún mal comportamiento sin determinar, y la acalorada discusión aumenta en intensidad prolongándose hasta la hora y media de berros y reproches. Horas más tarde, de madrugada, Kendall decide que es una buena idea entrar en el dormitorio de su madre y matarla a golpes con un martillo.
Tras una veintena de martillazos, la pobre mujer sigue aún con vida, así que el chico opta por darle un toque creativo al matricidio e intentar quemarla viva en el horno. Ni siquiera esto termina con la existencia de Rashida, que resulta ser más dura de lo que parecía, hasta que el adolescente consigue por fin lo que buscaba por un método algo menos imaginativo: arranca la pata de una silla y golpea a su madre hasta la muerte. Tras finalizar el trabajo, Kendall arrastra el cadáver de Rashida hasta el callejón trasero y lo oculta entre un montón de escombros.
Pero la guinda a todo este asunto tan chungo es la declaración de arrepentimiento que espetó el muchacho cuando la policía le detuvo:
"Si pudiera, no lo haría de nuevo. Echo de menos a mi madre… ella era la única persona que se preocupaba por mí".
FUENTE:
http://www.trucoteca.com/noticias/ge...tion-6967.html