Spencer Elden, el bebé de la portada de Nevermind, también cumple dos décadas de vida.

1991 fue un año especial para el universo del rock. Un año que vio nacer discos que acunaron las voces de millones de jóvenes desengañados, incomprendidos y rebeldes en todo el mundo. Discos que este año cumplen 20 años de vida, pero que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen teniendo vigencia, tanto por su sonido como por la historia de vida que guardan cada uno de sus creadores.

01. NERVERMIND (Nirvana): Lanzado el 24 de setiembre de 1991. Algunos lo califican como un sencillo, honesto, pero brutal grito de dolor de toda una generación. El himno grunge “Smells Like Teen Spirit” y los otros tracks del álbum son sindicados, sin duda, como la banda sonora de los noventa gracias al magnetismo de sus guitarras “corrientonas” y sus solos de cuerda desprolijos. La voz atormentada de Cobain es una clara muestra de que es posible transformar la amargura en algo sublime.

02. TEN (Pearl Jam): Después de Nirvana, la banda Vedder y compañía fue la segunda oriunda de Seattle en alcanzar amplia notoriedad en el mundo. Canciones potentes, riffs dinamiteros, letras desgarradoras y odas a las pérdidas que todos alguna vez hemos tenido en la vida, caracterizan a esta placa que se lanzó también en agosto de 1991, aunque se popularizó un año después. “Alive”, “Even Flow”, “Jeremy”, “Black”, “Once” y otras piezas tan poderosamente lúcidas convierten a este disco en un símbolo de toda una generación.

03. ACHTUNG BABY (U2): Si reinventarse ya de por sí es un riesgo, los irlandeses demostraron que hacerlo en el clímax del estrellato puede resultar doblemente beneficioso. Escuchar este disco de un tirón es toparse con un disco homogéneo, hechizante e inspirador, en el que cada segundo parece haber sido fruto de largas y torturantes jornadas de meditación. Si la perfección es una utopía, el “Achtung Baby” casi nos convence de que lo utópico puede aproximarse a la realidad.

04. BLACK ALBUM (Metallica): Para muchos es el último disco bueno de Metallica y el que inicia su camino hacia el descenso. Opiniones aparte, el disco exuda ambientes ultrapesados, ritmos pulverizantes y riffs que taladran los tímpanos de principio a fin, gracias a los efectos provocados por la guitarra Jackson de Kirk Hammet. Lanzado en agosto del 91, la placa vendió cerca de 15 millones de copias vendidas solo en norteamérica y probablemente contiene el mejor fraseo de la historia de la música (“Enter Sandman”). Los más dogmáticos dirán que la banda se aleja un tanto del thrash de sus orígenes, pero igual resulta una experiencia intensa para los amantes del buen metal.

05. TEMPLE OF THE DOG (Temple of the Dog): Una súper banda que te vuela los sesos desde la primera escucha. Chris Cornell, vocalista de Soundgarden, armó este poderoso combo con la, entonces, bisoña, Pearl Jam, y los restos de la agrupación Mother Love Bone, para homenajear a su amigo desaparecido, Andrew Wood. Lo bueno de este álbum que fue lanzado en abril de 1991, y quizás lo de mayor mérito, es que la banda no suena ni a Soundgarden, ni a Pearl Jam, sino a Temple of The Dog.

06. OUT OF TIME (R.E.M.): Definitivamente un disco que impulsó la carrera de la banda de Athens a niveles estratosféricos de popularidad. Melodías que parecen salir de los instintos más profundos de un Michael Stipe, en una época en la que deambulaba entre la madurez musical y la confusión personal. Al margen de las supertocadas “Shinny Happy People” y “Losing my Religion”, los otros tracks se escuchan impecables, hoy, gracias a la combinación de instrumentación moderna y tradicional, como mandolinas e instrumentos de viento. Doce millones de ventas en todo el mundo y varios números uno en muchos países hablan del por qué el “Out of Time” es un disco bisagra en la carrera de esta agrupación.

07. INNUENDO (QUEEN): Para muchos representa el final perfecto. Para otros la más preciosa despedida para una trayectoria casi perfecta y colmada de preciosas canciones. Algunos se han atrevido a coronarlo como lo mejor que ha hecho Queen en su historia, y lo han colocado en el mismo nivel del clásico “A Night at the Opera”. Colosal trabajo que vio la luz en febrero de 1991, y que ayudó a resucitar a la banda del marasmo en que cayó a finales de los ochenta. Sin embargo, cosas de la vida, nueve meses después de su lanzamiento, Freddie Mercury partió a otro mundo, dejándonos una muestra de su indiscutible talento.

08. USE YOUR ILLUSION 1 & 2 (Guns N'Roses): Dos placas nacidas el mismo día (17 de setiembre) que significaron el punto de quiebre, pero, a la vez, el principio del fin de la banda de Los Angeles. Así como tuvieron la sapiencia de imprimirle a su repertorio hard rock elementos del blues, la música clásica y country; en paralelo ya se evidenciaban los cambios en la personalidad de los miembros de la banda, aupados por la fama, las drogas, el alcohol y el desenfreno, así como una cada vez más tirante relación entre Axl y Slash. Justamente por esos factores se trata de un disco memorable desde todo punto de vista.

09. BLOOD SUGAR SEX MAGIC (Red Hot Chili Peppers): De la mano del genio de la producción Rick Rubin, los Chili Peppers desnudaron sus talentos creativos en un disco parido en setiembre de 1991, que los sacó del anonimato. La guitarra desenfadada y todopoderosa de John Frusciante acompaña las letras que -en la mayoría de canciones- delatan una euforia sexual sin tapujos. En otros surcos, la voz angustiante de Anthony Kiedis narra su descenso hacia los infiernos de la droga, mientras retumba el enajenado bajo de Flea. Todo ello da pie para que este disco sea considerado un clásico del funk rock no solo de los noventas sino de todas las épocas.

10. DANGEROUS (Michael Jackson): Quincy Jones dejó de ser el productor de Michael Jackson, dejado una valla demasiado alta con álbumes exitosos como “Thriller” y “Bad”. No le fue fácil a “Jacko” recobrar la brillantez, así que buscó involucrarse de lleno en la composición y los arreglos. En este disco, Jackson nos ofrece su cara más dura cuando invita a tocar a Slash en “Give it to Me” y “Black or White”, pero sin alejarse del pop. “Remember the Time”, “Jam”, “In the Closet” y “Heal the World” lo devuelven a la cumbre que, quizás, había abandonado por voluntad propia, pues andaba concentrado en resolver cuestiones personales y tratando de lidiar con la monstruosa fama.