No hay nada peor que tu hija sepa hacer las cosas mejor que tú, incluso el sexo oral. Eso pensó una mujer de Ohio, Estados Unidos, cuando se enteró a través de una tercera persona de que su hija realizaba esta práctica sexual mucho mejor que ella. Eso le dolió más que descubrir que el beneficiario del sexo oral era su propio marido y padrastro de la niña. Por esa razón la mujer llamó a la policía para denunciar el hecho.


Divorcio por mal uso de la vajilla



En los procesos de divorcio los cónyuges suelen recurrir a supuestos de adulterio, falta de amor, violencia de género... Pero la nigeriana Oluwakele Ogundele solicitó al juez el divorcio de su marido argumentando que éste se dedicaba a defecar en sus ollas cuando estaba borracho.


Un vecino demasiado meón



Todos aquellos que viven en pisos saben que un vecino ruidoso puede amargarte la existencia. Es lo que argumentaron Peter y Susana Keller, un matrimonio alemán que logró que el juez obligara a su casero a reducirles el alquiler un 10%. ¿La razón? Las paredes eran tan delgadas que escuchaban orinar al vecino. "Era terrible escucharle mientras estabas cenando", aseguró Peter.


Un baño con vistas al vecino



Un cuarto de baño con ventana es todo un lujo. Sin embargo Tony y Carmen, de Gloucertshire, no pueden abrir la suya después de que su vecino les haya llevado a los tribunales. El argumento es que a través de esta ventana puede verse su casa. El juez dio la razón a este vecino, y prohibió al matrimonio abrir su ventana, un velux que fue construido para aliviar la humedad del lugar y que, según su testimonio, solo ha sido abierta dos veces en cinco años.


Besos de vaca



La policía no daba crédito cuando Jerry Lynn, ciudadano de Tennessee, les llamó para realizar una curiosa denuncia: numerosas vacas habían causado destrozos en su vivienda por valor de 100 dólares a base de... lametazos. Según este señor, las vacas de su vecino habían hecho un agujero en la valla a través del cual metieron la cabeza, lamieron su casa, arrancaron una ventana e incluso rompieron un canalón.


Viciado a la videoconsola



Cuando uno se vicia a la consola pasan las horas -e incluso los días- sin que se de cuenta. En Boston una madre desesperada tuvo que llamar a la policía a las 2 de la mañana para que obligara a su hijo a irse a la cama. El chaval no quería dejar de jugar al juego Grand Theft Auto.


Un perro sin gabardina



Quién le iba a decir a Donna McPherson, Nueva York, que durante su compra diaria en un supermercado de Brooklyn alguien iba a robarle la gabardina a su perro, un Westie terrier, que se encontraba atado a la salida del establecimiento. Un abrigo de lana verde, con cinturón y de 25 dólares. Al menos Donna respiró aliviada porque ese día su perrito no llevara otra prenda de Burberry.


Los peligros del sexo



La policía recibe diariamente cientos de denuncias por robo y asalto. La primera pregunta es "¿dónde ha sucedido el robo?". La clásica respuesta suele ser en el metro, a la salida del banco, en el portal... pero muy pocas veces la policía escucha lo que una pareja de Kansas, Estados Unidos, les explicó. La pareja, de 59 y 44 años, estaba practicando sexo dentro de un contenedor de basura cuando dos hombres se acercaron y, a punta de navaja, les desvalijaron.