Denunciante Bronce
| Respuesta: Seres miméticos Confundir al enemigo Con órganos falsos y elegantes disfraces, muchas orugas desorientan a sus enemigos. La oruga de esta polilla de la seda tiene una cabeza falsa, con sus correspondientes antenas simuladas, para que los depredadores la ataquen por ahí, que es su extremo posterior. Si la treta fracasara,
hay un plan B: las púas en la cabeza auténtica pueden hacer que el agresor escupa a su presa aún viva. Periphoba arcaei Hacerse ver Hay un nematodo parásito que cuando infesta una hormiga, hace que el abdomen de su anfitriona se torne rojo como un fruto maduro. «Probablemente un ave se comerá la hormiga y se llevará un buen bocado de huevos de nematodo», diceel ecólogo Steve Yanoviak. El ave esparce los huevos con sus heces, que las hormigas comen, cerrando el ciclo. Cephalotes atratus Hacerse ver Entre las ranas, los colores llamativos suelen indicar toxicidad. Pero hay una especie de rana flecha de las islas de Panamá cuyo color es variable (abajo). «Lo normal sería que todas las ranas fueran parecidas, para que los depredadores asociaran cierto color con toxicidad», dice Martine Maan, de la Universidad de Texas. Pero hay otra fuerza selectiva en juego. Las hembras de diferentes islas prefieren machos de diferentes colores, lo que quizás ha determinado que la coloración de éstos se diferencie cada vez más en lugar de igualarse. Aun así, la señal de alarma parece eficaz. Según Maan, la mayoría de los depredadores evita a las ranas de colores vivos. Oophaga pumilio Con una morfología y color óptimos para el camuflaje, una araña Deinopsis se confunde con la superficie de una hoja seca de palmera en Panamá. La mantis Deroplatys trigonodera, a diferencia de sus parientes de color verde, ha evolucionado para parecerse a una hoja en descomposición. El sigiloso insecto, dotado de unos grandes ojos compuestos, es un gran cazador nocturno que pasa desapercibido entre la hojarasca del bosque tropical a la espera de su presa. Cuando falla la cripsis (capacidad de un organismo de pasar inadvertido), Deroplatys angustat, insecto del Sudeste Asiático imitador de las hojas secas, puede revelar súbitamente los colores vivos y las manchas en forma de ojos de la cara inferior de las patas y las alas delanteras, para asustar a los enemigos. Sólo por los ojos y las antenas se adivina la cabeza del insecto hoja Phyllium giganteum. Los botánicos del pasado creían que los insectos hoja realmente incorporaban el follaje que imitaban. En 1759, Richard Bradley, miembro de la Royal Society, escribió: «El insecto se alimenta de los jugos del árbol […] y, cuando llega el otoño, cae del árbol con las hojas, que se le pegan al cuerpo como alas, y se marcha andando». La descripción «puede resultar cómica con la perspectiva que da el tiempo —afirma Edward Baker, del Museo de Historia Natural de Londres—, pero lo cierto es que aún sabemos muy poco de la biología de la mayoría de estas especies». Quizá sea preciso mirar dos veces, o incluso tres, para descubrir aquí un ejemplar de Lonchode jejunus, insecto palo hallado en la parte malaisia de Borneo.
__________________ "Aún hay vagos destellos de civilidad en este matadero salvaje que alguna vez fue la humanidad". |