En una reunión de feministas sube al estrado una inglesa y cuenta su historia:
Una vez llegué a casa y le dije a mi esposo:
-¡Vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a cocinar !
> El primer día no vi nada, el segundo día tampoco vi nada, el tercer día lo vi cocinando y desde ese día es él quien se encarga de la comida.
Bravo, hurra, gritaban y aplaudían las mujeres.
Le toca el turno a una gringa que cuenta su historia:
Una vez llegue a casa y le dije a mi esposo:
¡ Vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a lavar ropa. El primer día no vi
nada, el segundo día tampoco vi nada, el tercer día lo vi en la lavadora y
desde ese día es el quien se encarga de lavar su ropa y la mía !
Bravo, hurra, gritaban y aplaudían las mujeres.
Le toca el turno a una mexicana que cuenta su historia:
Una vez llegue a casa y le dije a mi esposo: vengo muy cansada del
trabajo y a partir de hoy no voy a volver ni a cocinar ni lavar ropa.
El
primer día no vi nada, el segundo día tampoco vi nada, el tercer día empecé
a ver un poquito por el ojo izquierdo...