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Usuario Expulsado Denunciante Aprendiz 
|  Cuándo demasiado dinero es malo para la salud
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 | El Rey Midas: Cuándo demasiado dinero es malo para la salud  El Rey Midas es un mito al que se le atribuye ser el primer rey de Frigia. La antigua leyenda griega del Rey Midas probablemente tiene su origen el la riqueza de los frigios obtenida comerciando y de la envidia que esta prosperidad debió causar en los griegos jonios. El poder de Midas de convertir en oro todo lo que tocaba se convierte en su maldición.
La mitología griega dice que Midas, hijo de Gordias (del que se supone hacedor del nudo gordiano), hospedó amablemente a Sileo, sátiro de la embriaguez y compañero del dios del vino, e inspirador de bacanales, Dionisio. Como recompensa Dionisio le concedió el don de convertir en oro todo lo que tocaba.
Don que resultó ser una maldición, convirtiendo en oro a su hija Zoe, la comida y la bebida y a todo aquel que se le acercaba. Apercibido de la cara oculta de su deseo, acudió arrepentido a Dionisio, quién lo liberó de su toque áureo haciéndolo bañar en el río Pactulo.
La avaricia, entendida como ansia excesiva por el dinero y las riquezas terrenales, viendo éstas más como un fin en si mismo como un medio de obtener bienestar y felicidad, convierte a las personas en sombras de lo que fueron. Aleja a la gente de los suyos, al sentir que debe proteger su tesoro de las manos de los que lo desean. Se dedica mucho tiempo a generar riqueza y ninguno a disfrutarla.
En realidad, en algún momento en el ocaso de la vida del avaro, se da cuenta de que se ha convertido en un fracasado que ha derrochado lo más precioso de la vida, disfrutar de los suyos.
Otro ejemplo de cuando el dinero no es beneficioso para el que lo tiene se da en los herederos de una fortuna que ellos no han hecho nada para ganar. No significa que todos los vástagos sufran de esta maldición que ahora veremos, pero es frecuente. La llamaría la maldición del oro regalado.
En toda familia hay alguien que ha hecho fortuna y alguien que la ha despilfarrado. Normalmente los descendientes que han vivido la comodidad material de los frutos del esfuerzo de un ascendiente, desconocen el valor del esfuerzo que supone hacer fortuna. De hecho, muchas veces lo realmente enriquecedor es el esfuerzo hecho por el emprendedor para crear su proyecto empresarial, más que la fortuna que acabe amasando.
El sufrimiento, las penurias y las ruinas económicas enseñan. Siempre suelo decir que el fracaso es el gran profesor de una vida. Los que han heredado bienestar no lo saben valorar. Malgastan el dinero para conseguir momentos evanescentes de placer material. No hay nada más pobre que un niño rico sin metas ni proyectos.
Otro caso que tiene en si mismo el germen de la maldición del dinero regalado son los premios de lotería y demás sorteos y juegos. Volverse inmensamente rico de un día para otro le cambia a uno la vida. No sólo para bien, además. Muchas veces se tiene que cambiar de vida completamente, alejarse de su entorno laboral y personal habitual, cambiar de amigos, etc.
El dinero en sí puede ser un problema si no se está acostumbrado a gestionarlo. Uno puede empezar a hacer regalos, despilfarrar en bienes para ostentar, invertir en proyectos abocados al fracaso, desconocer las cargas tributarias que gravan su dinero y, en definitiva, quemar el dinero. Y no se acaban aquí los problemas, hay numerosos casos de premiados que llegan a suicidarse, entre otras desgracias.
En definitiva, al igual que el dinero para vivir dignamente nos trae una mesurada felicidad terrenal, un exceso de riqueza mal gestionada o mal entendida puede ser una desgracia para teórico afortunado. El dinero es un medio para hacer cosas interesantes, estudiar, viajar, aprender y ayudar con cabeza a los demás. No debería ser una excusa para vivir sin dar .
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