La cotidianidad puede generar insensibilidad a las pequeñas cosas. Según las estadísticas, un alto porcentaje de las personas solo pone atención a ciertos aspectos básicos de las relaciones sexuales nada más que en los primeros encuentros, en ocasiones incluso solamente en el primero, para luego acostumbrarse y desatenderlos. Es el caso, por ejemplo, del acto de desvestir.
Es claro, por supuesto, que la manera de desvestir a la pareja dependerá siempre de las condiciones y el ánimo que hacen posible el encuentro sexual. Estar atento a ellas es la principal característica de un buen amante, pues nada más inapropiado que arrancar un vestido de tajo en medio de la velada más romántica, o de desabrochar lentamente una blusa cuando el arrebato de la pasión es quien manda.
Desvestir, junto a las caricias preliminares, es uno de los actos que contiene mayor dosis de erotismo y que incluso es capaz de marcar la diferencia entre un encuentro sexual normal y uno maravilloso, pues, y aquí seguimos nuevamente resultados obtenidos en diferentes estudios, es común en un alto porcentaje de los amantes el disfrutar en gran medida del ejercicio de ser desvestidos sensualmente por la persona con quien se estamos acostando.
Los siguientes son unos sencillos tips para quitar la ropa que podrían resultar bastante útiles a la hora de sostener un encuentro sexual en condiciones normales (por llamarlas de alguna manera), es decir, uno de esos encuentros que se da en un lugar privado y para el cual se dispone de suficiente tiempo y calma.
No obstante, nunca hay que olvidar que cada uno es un universo en sí mismo y que lo que les gusta a unos no necesariamente le gusta a otros; descubrir cómo le gusta ser desvestida a su pareja es una de las tareas primarias del amante.
- Una de las primeras recomendaciones es evitar a toda costa que el acto se convierta en un ejercicio fugaz y mecánico; lo ideal es que resulte espontáneo y creativo en cada ocasión. Fíjese entonces en el tipo de prendas que lleva puestas su pareja y visualice siempre la manera más lenta de desvestirla.
- El objetivo es que al ir desvistiendo a su compañero de cama aumente en él de manera proporcional su deseo sexual. Para lograr este objetivo puede resultar muy útil no sacar la prenda a la primera oportunidad sino hacerlo de manera lenta y entrecortada, combinando los suaves jalones y las desabrochadas con numerosas y sensuales caricias que se pueden alternar sobre la ropa y bajo ella. Tenga en cuenta que la caricia bajo la ropa, quizá por su condición de encubierta, resulta altamente sensual y erótica para la mayoría de cuerpos.
- Si se encuentran sentados resulta recomendable, en la medida que las prendas lo permitan, trabajar primero la parte superior de la indumentaria. Como siempre el múltiple estímulo es el mayor de los secretos; si están de frente estimule con una mano, o con la boca, el pecho y la zona de los pezones de su acompañante al tiempo que continúa con la otra, desabrochando y sacando la prenda en cuestión.
Si su pareja se encuentra de espalda, frente a usted, proceda entonces a estimular y besar la espalda y la parte posterior del cuello. Una vez la prenda esté fuera no abandone este tipo de estímulos y continúe con la parte inferior.
- Si se encuentran acostados podría resultar altamente gratificante empezar por descubrir y estimular el vientre de su acompañante, para luego ir alternativa y progresivamente descubriendo las piernas y el pecho. En el momento que resulte necesario levante suavemente la espalda de su pareja y hágala rodar levemente sobre el vientre para terminar de retirar las prendas y entretenerse con los estímulos a la espalda y la parte trasera de las piernas.
- Finalmente, tenga en cuenta que la lentitud en retirar la ropa y la constancia en las caricias (así como en los demás estímulos) son los dos aspectos más destacados del acto de desvestir. Una vez su pareja se encuentre en ropa interior, intensifique los besos y las caricias sobre estas prendas antes de retirarlas definitivamente.