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#1 |
Denunciante Avanzado
 | El 2010: esperanzas y vergüenzas
Calificación: de
5,00
 | Por: Daniel Samper Pizano
El año se cierra con el bochornoso descenso de Álvaro Uribe al infierno del infundio y el insulto. Miserias, esperanzas y vergüenzas. De todo hubo en el 2010. Podría detenerme en algunos hechos colombianos, tanto negativos -las inundaciones, el aumento de la inseguridad, las amenazas ecológicas y mineras, el lamentable estado de Bogotá- como positivos: la anulación del referendo reelectoral, el prometedor inicio del gobierno de Juan Manuel Santos, la reanudación de relaciones con los vecinos, la aprobación de leyes fundamentales, los golpes a la guerrilla...
Sin embargo, solo me ocuparé de uno de los sucesos más bochornosos y sorprendentes: la vertiginosa caída de Álvaro Uribe Vélez, que hace apenas cuatro meses era el más popular mandatario de Colombia y hoy parece haber tomado vuelo directo del paraíso al infierno con algunos allegados.
Difícil aceptar que aquel señor que durante la posesión de Santos aprobaba o negaba con la cabeza desde su silla de oro cuanto se decía en los discursos ahora esté convertido en bravucón de Internet. Y que sus súbditos más próximos intenten huir a Centroamérica al conocerse actos probablemente delictivos que cometieron desde el poder, como las grabaciones ilegales del DAS o la compra de votos para pasar la reforma constitucional. ¿En qué cabeza cabe que ese "hombre imprescindible" que consideraba pocos ocho años de gobierno hoy aconseje a sus ex funcionarios escapar de la Justicia? ¿Cómo imaginar que el estadista de ayer sea hoy un atarván dispuesto a trenzarse en vulgares riñas con quien se le atraviese?
Peligrosa arma para debates reflexivos es Twitter, sistema de cibermensajes que no pueden pasar de 140 caracteres: los que tiene esta frase. Según estudios, 38 de cada 100 mensajes se dedican a peleas o controversias. Su inmediatez impide meditar y, a menos que se tenga un gran ingenio (no es el presente caso), su concisión conduce directamente al insulto. Para probarlo, miren una breve antología de recados injuriosos y ultrajantes que escribió y divulgó Uribe entre el domingo y el lunes pasados contra varios periodistas, en particular Daniel Coronell y Felipe Zuleta. Contra Coronell, que comentó en Semana los vínculos sociales de uno de los hijos de Uribe y los Nule, célebres contratistas defraudadores, cuya primera noticia ofreció Gerardo Reyes en El Nuevo Herald: "Periodista mafioso e impune mancha libertad de prensa"... "Lava dinero de mafia con calumnias"... "Un chantaje de periodista mafioso: me dan publicidad o los calumnio"... "Dinero mal habido de Periodista Mafioso"... "Sicario cobarde y estafador"... "Sicario moral, mentiroso redomado posa de víctima"... "Periodista Mafioso es consentido de contemporizadores del terrorismo"... "Se victimiza para estafar"... "No responde por sus dineros de narcotráfico"...
Contra el columnista de El Espectador Felipe Zuleta Lleras: "Periodista de apellido ilustre roba en Perú y posa de adalid de la moral"... "Solapado, deje de faltar al respeto para tapar su corrupción"... "Roba en Perú y posa de adalid de la moral..."
Contra el dueño de Semana, Felipe López: "Multimillonarios que posan de demócratas publicando a periodistas mafiosos".
Contra el ex ministro Rodrigo Pardo: "Un canciller al servicio taimado del terrorismo". En la historia patria no se recuerda un ex presidente que haya descendido hasta tal nivel de ordinariez, apenas digno de grafito mural. Tampoco, en la del periodismo nacional, a un gobernante que haya adelantado tan desmadrada y gratuita campaña de insultos y calumnias contra periodistas que lo critican. Coronell ya demandó a Uribe y sus hijos por calumnia, pero las injurias seguramente quedarán impunes.
Se es presidente de Colombia durante cuatro u ocho años. Pero los ex presidentes tienen influencia pública durante décadas, lo que los obliga a mantener conducta ejemplar toda la vida. La impropia actitud de matón que ha decidido asumir Uribe indica la postración de quien no hace mucho era el político favorito de los colombianos.
En contraste con las esperanzas que abrió el 2010, es esta la mayor vergüenza del año.
Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/colu...nzas_8675263-4
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