Ahora son elefantes blancos de millones de dólares en un país con hambre.
Demasiado pequeños para jugar al cricket y descartados por el rugby, los estadios que le costaron a Sudáfrica más de 1.000 millones de dólares para el Mundial de fútbol de este año parecen que ya se convirtieron en elefantes blancos.
El rugby y el cricket tienen más éxito comercial que el fútbol en Sudáfrica, y ambos deportes necesitan mudarse a los estadios nuevos -construidos y renovados para el primer Mundial en el continente africano- para que las instalaciones generen ingresos.
La situación en Ciudad del Cabo es particularmente mala, debido al deterioro en la relación entre la asociación regional de rugby y los administradores del estadio Green Point. La prensa local reportó que el líder del rugby de la provincia occidental, Tobie Titus, dijo que el organismo permanecerá en el estadio Newlands.
Así que el estadio Green Point, construido a la sombra de la famosa Table Mountain, posiblemente casi no se utilizará y costará más de 6 millones de dólares anuales sólo en mantenimiento.
El jefe de la asociación sudafricana de cricket, Gerald Majola, agregó que las canchas de los estadios son muy pequeñas para albergar partidos de ese deporte, y dijo que la culpa es de las ciudades que no consultaron a los dirigentes del cricket antes de construirlas.
En julio, el director ejecutivo de la asociación sudafricana de fútbol, Leslie Sedibe, le dijo al mismo comité parlamentario que el fútbol tenía un gran reto por delante para que los estadios generaran ingresos, principalmente por el bajo costo de las entradas para los partidos de la liga local y el alto costo de mantenimiento de las instalaciones.
Los comentarios de Sedibe fueron apenas 10 días después del final del Mundial, y después que Sudáfrica se gastó unos 1.300 millones de dólares para construir y renovar 10 estadios para el torneo.