-El susto (EL PROPIO JAJAJAJAJA).
-El tradicional y típico: beber siete tragos de agua.
-Una variante del anterior: Beber los tragos al revés. Es complicado porque requiere la habilidad de beber inclinado hacia delante y acabas pringándote, claro que quizás su efectividad radica en que te concentres tanto en no ducharte que haga que te olvides del hipo.
-Comer algo (con el riesgo de atragantarse mientras se hipa y morir ahogado).
-Aguantar la respiración (a veces, hasta volvernos morados y caer inconscientes).
-Comerse una cucharada de azucar (so sweet, abstenerse diabéticos).
-Meterse a la boca (espero que no haga falta comérselo) un terrón de azucar mojado en vinagre (el hipo se va horrorizado por el asco, demasiado arriesgado para mi gusto).
-Uno que roza la superstición: cruzar los dedos índice y corazón de ambas manos antes de hipar por tercera vez (de este me he enterado hoy).
-De los más efectivos: preguntar al portador de hipo ¿qué cenaste anteayer? Deja tan desconcertado y le da tantas vueltas a la cabeza -ya que el ser humano carece de la capacidad de recordar lo que cena de un día para otro- que el hipo desaparece (te olvidas de que está ahí, más bien).
-Ninguna de las anteriores es correcta. Nada funciona y te arruina el día y se va cuando le da la gana.
-Puestos a ser drásticos propongo que cuando se tenga hipo nos apaguemos cigarrillos en la lengua o la tripa, pensemos en Bustamante, Enrique Iglesias o en la declaración de la renta, nos arranquemos pelos hasta que se pase o cada uno el remedio que le den en su casa.