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Denunciante Bronce
| Pura carreta
Calificación: de
5,00 | Pura carreta Por: Iván Mejía Álvarez Jairo Clopatofsky, el nuevo director de Coldeportes, arrancó como casi todos los que han pasado por ese puesto: metiéndose de lleno y de frente con el fútbol, prometiendo limpieza, transparencia, investigaciones a granel y medidas coercitivas contra los clubes y los dirigentes que no cumplan con las leyes. La tribuna enfervorizada gritó, aclamó y aplaudió. Clopatofsky suspiró, definitivamente el fútbol es un gran vehículo publicitario y él, enfermito por la vitrina, no podía desaprovechar el papayaso de clubes quebrados, dirigencia irresponsable y manirrota, y allegados a los equipos muy próximos al Código Penal para lucirse ante los medios. Sin embargo, cuando se está próximo a los cien días de gobierno, al director de Coldeportes, como a sus antecesores, se les ha acabado la gasolina, el vapor, el fuego y ya empiezan a renguear, a trastabillar. Los medios pillaron un directivo inexperto y poco conocedor del tema del deporte, ávido de publicidad y tambaleante en sus decisiones que se asustó ante la primera revirada en público de Bedoya, Jesurún y sus congéneres. Acá no ha pasado nada, todo quedó como estaba, como dice el tema del Gran Combo. Los clubes siguen recontraquebrados, cada día son más graves las deudas con jugadores y parafiscales. América, por ejemplo, ya debe dos meses del nuevo gobierno; Santa Fe acumula meses de no pagar parafiscales; en el Pereira el tema es caótico. Y las medidas oficiales no pasan de tibios anuncios y declaraciones del director de “aplicaremos la ley”. Los proyectos oficiales para la reconversión de los equipos en sociedades anónimas caminan a paso lento, demasiado lento, pues la maquinaria oficial no recibe prebendas por votar algo que parece no importarles. Además, en cada esquina aparece el francotirador engatillado listo para dispararle al proyecto. La concertación propuesta entre Coldeportes y fútbol sigue esperando que las famosas comisiones de estudio se reúnan. Ya lo sabéis, diría alguien, si quieren que las cosas no caminen, no lleguen a ninguna parte, es simple: nombren una comisión. Y si esa famosa comisión es para adelantar una exhaustiva investigación, el resultado es exactamente el predecible: cero papitas, cero huevitos. Clopatofsky, así no llegarás nunca a la posteridad y quedarás como tantos otros directores que por Coldeportes han pasado… como otro burócrata inepto al que el sistema relegó a la mínima expresión. Un politiquerito más con ansias de vitrina. Enlace: http://www.elespectador.com/columna-232376-pura-carreta |
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