Aliria era la diosa encargada del destino de los hombres, ella se divertía por horas con su gran libro, escribiendo lo que le tenía que pasar a cada persona; era muy buena en su trabajo y cada quien recibía lo que merecía, ni más ni menos.
Un día en una pequeña aldea, una pareja de mortales sufrían inmensamente porque no les era concedido el deseo de tener un hijo. La mujer le pidió con devoción a los grandes dioses que le permitieran dar a luz y la diosa Aliria se compadeció de ella e inmediatamente escribió en su libro que aquella pareja tendría un niño, el niño mas hermoso entre todos los mortales, que fuese capaz de dar alegría donde hubiese tristeza, y de llevar luz donde reinara la oscuridad. Y así fue, la mujer concibió el hermoso niño y le dio por nombre Iris.
Aliria estaba totalmente complacida y se sentía tan involucrada con Iris que únicamente pensaba en su destino, olvidándose por completo del resto de los hombres.
Cuando Iris cumplió los diez años, la gran diosa del destino decidió hacerle un regalo muy especial, un arco con el que podía disparar flechas de colores que resplandecían en cualquier rincón del planeta y lo colmaban de alegría y de luz.
Así fue pasando el tiempo hasta que Iris creció y se convirtió en un hermoso joven, alegre y lleno de vida. Aliria estaba cada vez mas embelesada con el y sólo pensaba en su bienestar, y sin darse cuenta descuidó tanto el destino humano que el mundo se vio envuelto en un caos; habían guerras, e innumerables muertes.
Todos los dioses estaban consternados por la suerte de la humanidad y tomaron una decisión. Aliria merecía un castigo, por ello, fue despojada de su libro y éste fue quemado; luego, Iris fue enviado a la guerra para que por primera vez fuera víctima de su propio destino, y como era de esperarse, murió en la batalla, y con su muerte cesó la guerra.
Todo esto fue demasiado para Aliria que lo único que pudo seguir haciendo fue permanecer sobre su nube y llorar amargamente por la pérdida de Iris, su llanto riega los campos y refresca la tierra.
Algunas veces Iris se compadece del llanto de su protectora por la que siente tanta gratitud que para consolarla logra traspasar las barreras de la muerte y desde la montaña mas alta lanza con su arco flechas de colores, formando un bellísimo Arco iris para brindarle a Aliria alegría y luz cuando pasa por momentos de tristeza y oscuridad.
Desde ese entonces cada hombre escribe su propio destino.