Se aprovechan de la inocencia y de la extraordinaria mente vacía de estos niños con los deseos estúpidos de los padres; como hacen la mayoría de los adultos: programándolos, siguiendo una tradición ignorante. No les toca de otra sino imitar y obedecer como animales de laboratorio.
¿Dónde hay creatividad de las personas si desde niños ya se nos está diciendo que hacer, que pensar y que temer, etc?