L. A. Lakers 2010-2011: Lakers versión 3.0


Los Lakers dinásticos del three-peat, aquéllos que tiranizaron la liga entre 2000 y 2002, siguieron una constante: año a año su plantilla se fue debilitando, y sólo el dominio de Shaquille O’Neal, la eclosión definitiva de Kobe Bryant y el indeleble gen competitivo de Fisher, Horry y Fox compensaron la marcha de jugadores como Glen Rice, Horace Grant o Ron Harper.
Jerry Buss, Mitch Kupchak y Phil Jackson, cabezas pensantes de aquel equipo y del actual, debieron de aprender la traumática lección. Lejos de acomodarse y optar por la vía conservadora tras el anillo obtenido en 2009, la dirección de la franquicia dio muestras de su ambición renovando a Lamar Odom y reclutando a Ron Artest durante el verano, y ampliando en 3 años el contrato de Kobe Bryant. La apuesta ofreció réditos con un segundo anillo, el obtenido en aquel agónico séptimo partido ante los Celtics. Pese a todo, el elevadísimo payroll que acumulaba la plantilla, sumado a las estrecheces propias de la crisis económica, hacía presagiar una política de recorte de gastos, con renovaciones a la baja y contratación de jugadores de relleno.
Pero, tal vez por la perspectiva de una nueva dinastía, tal vez por el megaproyecto que Pat Riley se ha sacado de la chistera para sus Heat, o quién sabe si por la posibilidad de que se trate de (según el propio interesado) la última temporada de Phil Jackson en los banquillos, lo cierto es que Buss no ha racaneado y los Lakers se presentan esta temporada reforzados y renovados.
El primero en llegar fue Steve Blake. Kupchak aplicó la lógica aplastante de “a un problema, una solución”, y ante la condición de agentes libres de los tres bases de la plantilla (Fisher, Farmar y Brown), ató a Blake. Se trata de un jugador del que, tras sus años como titular en los Blazers, sabemos perfectamente qué se puede esperar en ambos extremos de la cancha: por un lado es un defensor poco ******oso pero sólido, y por otro es un distribuidor eficaz y capaz de convertir los espacios generados por sus compañeros en buenos porcentajes de tiro exterior. Blake parece, en definitiva, un jugador con las cualidades adecuadas para el rol de base en el modelo de Phil Jackson.
La incorporación de Blake, por 4 años y 4 millones (vía midlevel) en cada uno de ellos, restó presión a la franquicia en las negociaciones para la renovación de Fisher, pese al papel heroico que éste ejerció -una vez más- en las pasadas Finales. La oferta a la baja condujo a una situación algo tensa y a un viaje relámpago de Fisher a Miami, donde Pat Riley le ofreció la posibilidad de sumarse a unos Beach Boys que habrían agradecido su experiencia y capacidad de resolución en las grandes citas. Finalmente el veterano base de Arkansas se mantuvo fiel a la afición que le adora y a Kobe Bryant, con quien ha compartido 11 temporadas, 5 anillos y mil batallas.
Fisher y Blake se repartirán buena parte de las tareas de base y del tiempo en cancha, con el primero probablemente partiendo de inicio y jugando los minutos decisivos. Shannon Brown, renovado tras comprobar que el mercado de agentes libres no era generoso con él, aportará su sello -energía, caos, mates- como rotación de base-escolta.
Más tarde los Lakers incorporaron a Matt Barnes, que seguía disponible tras el fracaso (o más bien ridículo) que resultaron las negociaciones para un sign and trade entre Raptors y Magic. Barnes, californiano y producto de UCLA, renunció a contratos más largos y lucrativos (al contrario que Raja Bell, que prefirió Utah) por la oportunidad de seguir en un equipo aspirante y además hacerlo cerca de casa, en el único equipo de la Pacific Division en el que todavía no había militado. Sus cualidades defensivas y su gran acierto desde la línea de triples convierten a Barnes en una mejora exponencial para la rotación en el puesto de 2-3, más aún dada la condición de prácticamente ex jugador de Luke Walton debido a las lesiones.
El mismo día en que ficharon a Barnes los Lakers anunciaron también la incorporación del veteranísimo pívot Theo Ratliff, jugador con una amplia trayectoria como intimidador que a sus 37 años será el encargado de aportar dureza interior desde el banquillo en los escasos minutos de los que disponga. El reciente anuncio de que Bynum se perderá las primeras semanas de competición llevará a Odom al quinteto inicial y abrirá el margen de oportunidades para Ratliff, que quedará como único suplente interior junto con el rookie Derrick Caracter, seleccionado al final de la 2ª ronda del draft pero cuya gran actuación en la Summer League le ha hecho ganar muchos puntos de cara a garantizarse un contrato. El otro rookie y última novedad en la plantilla es Devin Ebanks, alero con una planta casi idéntica a la de Trevor Ariza y con un juego lleno de energía, de enorme potencial pero con grandes limitaciones técnicas y mucho por pulir. Ambos novatos parecen preparados para aportar esporádicamente, si es que Jackson decide echar mano de ellos.
El capítulo de bajas lo integran Farmar, Morrison, Powell y Mbenga, jugadores intrascendentes en la consecución de los recientes éxitos, con lo que cabe mirar a la plantilla 2010-2011 como una versión ampliada y mejorada de las anteriores. Kobe Bryant y Pau Gasol han disfrutado de vacaciones tras enlazar varias campañas de alrededor de 130 partidos entre NBA y selecciones nacionales, algo que especialmente en el caso de Bryant acabó por pasar factura en el tramo final de la pasada temporada. El doble MVP de las Finales asegura estar muy recuperado tanto de la rodilla, de la que se operó en julio, como del dedo, para el que sigue evitando el quirófano. Tras igualar a Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar como jugadores con más anillos en la historia de la franquicia (honor que comparten con Derek Fisher), el objetivo este año es doble y más suculento si cabe: alcanzar en lo individual los seis títulos de Michael Jordan, y en lo colectivo los 17 de los Celtics. Motivación, por tanto, no faltará.
Recursos para lograrlo, tampoco. El teórico quinteto inicial será de nuevo el compuesto por Fisher, Bryant, Artest, Gasol y Bynum, el mismo de las pasadas dos temporadas. La gran mejoría la encontraremos en el banquillo, desde el que partirán hasta tres jugadores con nivel de titular como son Blake, Barnes y Odom. Al neoyorquino, campeón del Mundo en Turquía, lo veremos partir de inicio mientras Bynum termina de recuperarse de la operación de menisco.
La salud, en particular la de un Bynum que suma tres temporadas consecutivas lastrado por las lesiones, es el principal interrogante que se cierne sobre la plantilla. Pocos equipos parecen en condiciones de competir ante la combinación de talento ofensivo, intensidad defensiva y centímetros que plantean los Lakers. Todos estos ingredientes, a los que se añaden la experiencia competitiva de las pasadas temporadas y la guía de un Phil Jackson que sólo sabe ganar anillos de tres en tres, mantienen a los angelinos como absolutos favoritos en la Conferencia Oeste. La franquicia ha hecho todo lo posible para que así sea, con un esfuerzo económico que muy probablemente lleve a las salidas de Vujacic y/o Walton durante la temporada con el único objetivo de liberar salarios. Eso no afectará a la competitividad de estos Lakers versión 3.0, auténtico equipo a batir de cara al anillo.
Quinteto inicial: Derek Fisher, Kobe Bryant, Ron Artest, Pau Gasol y Andrew Bynum.
Sexto hombre: Lamar Odom.
Altas: Steve Blake, Matt Barnes, Theo Ratliff, Derrick Caracter (rookie) y Devin Ebanks (rookie).
Bajas: Jordan Farmar, Adam Morrison, Josh Powell, DJ Mbenga.
Pronóstico: Campeón.