Este tipo de atracciones turísticas, acompañadas por desarrollos inmobiliarios como viviendas de lujo, no había tenido luz verde hasta ahora en la isla.
Cuba cuenta en la actualidad con dos campos de golf, uno en Varadero y otro en La Habana y decenas de hoteles de lujo edificados en balnearios como Varadero en asociación con cadenas internacionales como la española Sol Meliá o la francesa Accor.
Sin embargo, esta inversión, que según una fuente de la industria consistiría en la construcción de 29 campos de golf en los próximos 15 años en La Habana y otras ciudades como Cienfuegos, Trinidad, Ciego de Avila y Holguín, no tiene precedentes.
Los proyectos inmobiliarios se desarrollarían con capital extranjero para impulsar la industria de turismo, dijo el martes el ministro del sector, Manuel Marrero.
La medida abriría las puertas a inversiones extranjeras en un área hasta ahora muy poco desarrollada en la isla de Gobierno comunista.
'Con el objetivo de desarrollar regiones que hoy están vírgenes ya fue aprobada una política que permite el desarrollo inmobiliario asociado al turismo fundamentalmente campos de golf, marinas y otras inversiones turísticas complementarias', dijo Marrero a periodistas.
El ministro de Turismo dijo que el Gobierno cubano sostiene negociaciones avanzadas con 'varios potenciales socios extranjeros' para promover el desarrollo del golf.
El turismo es una de las principales fuentes de ingresos de divisas de Cuba, una nación dependiente de las exportaciones y con problemas de liquidez.
Cuba recibió unos 2,4 millones de turistas en el 2009 y este año el panorama es alentador, dijo Marrero. El ministro dijo que más de un millón de visitantes ingresaron a Cuba en los primeros cuatro meses del 2010.
Marrero no ofreció inmediatamente detalles sobre la nueva política de inversiones inmobiliarias, pero dijo que en los próximos días se publicarían las regulaciones jurídicas. Los nuevos negocios 'permitirán el inicio de otra etapa para el desarrollo del turismo cubano (...) en zonas con potencialidades turísticas que están aún sin explotar', dijo el ministro durante una conferencia.
Una ley de inversión extranjera de 1995 considera los proyectos inmobiliarios en Cuba. Pero sólo un puñado de condominios fueron construidos desde fines de la década de 1990 en Cuba, en asociación con inversores foráneos, y la mayoría se vendió o alquiló a extranjeros.