Liga BBVA: El CONTRA 11 de la 3ª Jornada

Llega el CONTRA 11 de la 3ª Jornada de la Liga más importante del mundo. Hemos seleccionado lo mejor de cada casa para que te pases otro rato agradable con la sección más vanguardista del periodismo español, la única que se atreve. Pasen, lean y debatan en nuestro espacio sin tregua.


Iraizoz (Athletic de Bilbao):
Volaba por ahí, su área, un globo que pedía las manos de un niño para sentirse querido. Gorka, como solidario y vasco que es, fue a buscarlo, a hacerlo suyo, y en cámara lenta. Sin embargo, a pesar de la nula dificultad para conseguir su objetivo, la pelota se volvió brujería, la búsqueda de cariño una vil traición y las manos del niño, las redes del Athletic. El portero, desilusionado, miró hacia abajo y dijo: “para qué salir si siempre me la clavan”. DESORIENTADO.
Godín (Atlético):
El uruguayo puso cara de ¿qué estoy haciendo acá? en cada duelo que le tocó enfrentar a Messi, a Pedrito, a Iniesta, a Piqué y al que apareciera por ahí. Leo le ganó la espalda y a cobrar, Gerard pinchó una pelota del cielo detrás del uruguayo y la metió al lado del palo, no sin antes esperar la recuperación de Godín y de mirarlo con toda la superioridad que el juego del culé desprende. El ex Villarreal fue una peadilla para sí mismo y el equipo. HUMILLADO.
Flaño (Osasuna):
Más allá de ser la mano acusada en medio de la marabunta osasunista y que el Mallorca cambió por gol, el defensa pamplonica se vistió de lady para tratar a los delanteros rivales. Que si te caes te levanto, que si te rozo con mi codo, te pido perdón y así, sucesivamente. ¿Resultado? Que Osasuna no sólo no le mete un gol ni al Arco del Triunfo a las 3 de la mañana en enero, sino que además, sus defensas se la comen doblada con cara de damas de compañía. BLANDÍSIMO.
Amorebieta (Athletic):
Desde que se ha convertido en un central bolivariano, seducido por las enormes facultades verbales de Aló Presidente Chávez de la por qué no te callas Venezuela, el duro y aguerrido jugador vasco, no es el mismo. Piensa y reflexiona como siempre, pero ahora, en el campo de juego mientras, por ejemplo, Sangoy controla en su zona y se la manda a guardar a un deprimido Gorka. CONTRARREVOLUCIONARIO.
Ballesteros (Levante):
Todo el Levante es un flan, toda la defensa granota se dedica con gran diligencia a mirar a los rivales, pero sus centrales en particular, son la superación misma de la ley de Murphy. Esta vez fue Nilmar quien los bailó, pero el oponente es sólo una anécdota. Ballesteros, como jefe de la zaga, y el resto, como obedientes seguidores de un líder cerca de la caducidad, hacen del club valenciano un seguro candidato al descenso. COLADOR.
Özil (Real Madrid):
Su hogar, la lámpara de Aladino quien este sábado venía de viaje desde el viejo Oriente cuando, el mágico recipiente se le cayó al Bósforo. Estambul entera la busca, Anoeta lo espera y Mesut Özil se ha quedado a medio camino entre las genialidades y la apatía. Ante la Real se escondió mientras estuvo en el campo hasta que Mou, tan valiente y ofensivo como siempre, decidió el ingreso de Lass en su lugar. ¡Viva el fútbol! DESCONOCIDO.
Puñal (Osasuna):
Si es que verlo jugar es una pesadilla de los tiempos. ¡Cómo van a tocar una pelota los delanteros osasunistas si el balón pasa por los pies de Puñal! Es una agresión a la vista, un reconocimiento de las limitaciones propias de los años y un “Camacho déjate de tocar los….” y cambia el estilo de tu mediocampo. Es un abonado a esta sección y nada cambia, mientras Osasuna se hunde en el olvido. LASTIMOSO.
Aranburu (Real Sociedad):
Dentro del tornado que plantearon los donostiarras y que debió dar sus frutos con, al menos, un empate ante el inexpresivo Real Madrid (ver crónicas afines si lo dudan), Aranburu fue una brisa perezosa, sin fuerza ni poder de seducción. Se limitó a tocar en horizontal y a presionar un poco. Si Özil hubiese jugado por delante de él y no justo detrás –no entre líneas- le habría vuelto loco. Aún así, el hombre de Lasarte estuvo muy híbrido. DESCAFEINADO.
Edmilson (Zaragoza):
No está para muchos festejos el equipo de Gay, pero tampoco para tanta apatía en la zona más caliente del campo. El brasileño no jugó bien en un mediocampo maño al que le costó horrores alimentar a sus pobres delanteros. TRANSPARENTE.
Villa (Barcelona):

El Guaje no encuentra su lugar en el mundo en un Barcelona que toca y toca para que aparezcan los espacios y Villa mate. Hasta ahí todo bien, pero su obsesión con el gol le está jugando en contra y lo vuelve mucho más torpe de lo que en realidad es. Pudo matar el partido, pero resolvió siempre al revés. Debe tranquilizarse. CONFUNDIDO. S. García (Espanyol):
Dicen los amantes del determinismo que los clubes en donde juega Sergio García –Betis, por ejemplo- acaban yéndose al descenso. Pues bien, la flamante incorporación perica no participó casi nada en la victoria de su equipo ante el Almería y la grada comenzó a evitar la sal, el amarillo y demás parafernalias de la gafería masónica. Parece mentira que seamos tan civilizados y andemos con estas tonterías de los embrujos. Pero, por las dudas, que juegue Osvaldo, claman en Cornellá. POBRÍSIMO.
Juanma Lillo (Almería):
A Dios pongo por testigo, diría el enano de las décadas misteriosas y yo suscribo. Lo del técnico donostiarra no se termina de comprender. Tiene verbo, conocimientos, sabiduría de la calle y es amigo de Pep Guardiola, o sea de Juanma Trueba y de toda la barra intelectual del fútbol español. Sin embargo, sus jugadores no lo entienden, no rinden, tienen miedo y pierden. Dos puntos de nueve son nada para quienes quieren vivir tranquilos. SIN CERTEZAS.
Mateu Lahoz (Real Madrid-Real Sociedad):
El árbitro perteneciente al Colegio valenciano, no voy a negarlo, es uno de mis favoritos porque siempre deja jugar. Sin embargo en el partido en cuestión dio la sensación de ser muy permisivo con Pepe y Cristiano Ronaldo y su par de entradas a De la Bella y Ansotegi. También es verdad que pudo pitar penalti a favor de los merengues pero que no lo vio, ni él ni nadie más que la 39ª cámara después de un millón de repeticiones. Vamos, que era falta pero mucho tiempo después de que sucediera en la primera dimensión de lo desconocido. En fin, su labor fue criticable en tanto y en cuanto que miró el nombre de los jugadores para juzgar. INJUSTO.