En vista de los reiterados actos de los últimos días contra la fuerza pública llevados a cabo por la organización narcoterrorista de las FARC, definitivamente me he hecho a la idea de que si el diálogo era una posibilidad remota, hoy puedo decir que definitivamente es una opción nula.
Seguramente muchos colombianos ya estamos cansados de esperar gestos que puedan facilitar una negociación, esta gente parece no entender por las buenas, y no estamos dispuestos a que nos vean la cara de idiotas una vez más. Hace 11 años se les dio la oportunidad de poder construir la paz y de resarcirse con la población a la que tanto daño le hicieron, pero esta oportunidad fue mal empleada a fin de que esta organización criminal que no es más que una mafia con organización militar. Se les cedió buena parte del territorio nacional, sólo para que la convirtieran en su pequeña república marxista, su centro de operaciones donde recluían a los secuestrados, producían la droga de la cual llenan sus arcas y donde se entrenaban para su lucha armada que justificaban en nombre de la paz y la liberación del pueblo, pero que en vez de liberar al pueblo sólo lo oprimía más.
Al percatarnos de la realidad acerca del despeje, no nos quedó duda alguna de que la verdadera intención de esta banda criminal no tenía ningún propósito verdadero de paz. De ahí a que se motivara la elección de Álvaro Uribe en 2002, alguien que prometió una lucha incansable contra ellos y que la llevó a cabo valiéndose de todos los medios, legales e ilegales. No simpatizo en lo absoluto con Uribe, pero admito que esta confrontación abierta permitió recuperar el control del territorio nacional, aún cuando esta política denominada "seguridad democrática" trajera sus consecuencias adversas. El resultado no es materia de discusión, aunque los métodos llevados a cabo sí lo son.
Ocho años después la situación no cambia, las FARC siguen llevando a cabo crímenes de guerra, pero siguen pidiendo misericordia solicitando el diálogo. Mientras mantengan a los secuestrados en condiciones infrahumanas, sigan en el negocio del narcotráfico y sigan atentando contra la fuerza pública, definitivamente el diálogo no es una opción. Pero parece que por más que se intente hacer entrar a estos bandidos en razón no será posible en buenos términos...limitando las opciones al combate frentero...el diálogo ya no es una opción posible en este momento.