Ver Mensaje Individual
Antiguo 02-09-2010 , 00:43:09   #52
EL DARKÖ
SUPER MODERADOR
Cazadores De Webcamers
Denunciando Silver
Super Moderador
Denunciante Plata
 
Avatar de EL DARKÖ
Me Gusta EL DARKÖ apoya: Zona Rotten
EL DARKÖ apoya: Zona Musical
EL DARKÖ apoya: Zona Tecnologica
Estadisticas
Mensajes: 17.237
Me Gusta Recibidos: 13220
Me Gustas Dados: 21422
Ingreso: 04 jul 2008

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 160
Nominated  Temas Ganadores: 3
Reputacion Poder de Credibilidad: 418
Puntos: 788749
EL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputaciónEL DARKÖ tiene reputación más allá de la reputación
Premios Recibidos
Mejor firma Mejor perfil Mejor Moderador Mejor firma Mejor perfil Mejor Moderador 
Total De Premios: 32

  
Predeterminado tom savini cameos y bio/solicito reubicacion del post....

Tom Savini, maestro del gore

¿Quién es Tom Savini? La pregunta ofenderá a los viejos conocedores del cine fantástico, acostumbrados a memorizar hasta el último dato sobre el género de sus amores. Pero muy probablemente, entre los lectores, haya quien aún desconozca ese nombre tan sonoro, y por consiguiente, no sepa todo lo que tras él se esconde.

Comenzaré por lo más obvio... El maquillador Tom Savini es, con toda seguridad, uno de los más conocidos maestros en la difícil disciplina del maquillaje fantaterrorífico.

De hecho, ha paseado su figura de pícaro italiano, de ojos vivos y nariz aguileña, por las películas pioneras en el subgénero que más tarde vino a llamarse splatter o gore. Y no sólo como maquillador, sino como doble e incluso como actor.

Baste decir que Savini dio vida, entre otros personajes, al caballero negro de Los caballeros de la moto (Knightriders, 1982) o al líder de los Ángeles del Infierno de Zombi (Dawn of the Dead, 197, dirigido en ambos casos por su amigo y paisano George A. Romero.

Los más jóvenes acaso le recuerden como Sex Machine en Abierto hasta el amanecer (From Dusk Till Down, 1996), de Robert Rodríguez. El director texano, fiel a sus amistades, también lo ha incluido en su Planet Terror (2007). Atentos, porque Savini da vida al despistado ayudante del sheriff.

Hablar de Tom Savini es, como él mismo reconoce en sus libros, hablar de un técnico de temprana vocación. Él mismo lo explica: "Mi interés en el maquillaje comenzó cuando tenía doce años, en el cine de mi barrio en Pittsburgh. Vi la película El Hombre de las Mil Caras, protagonizada por James Cagney (...) Mi vida cambió de dirección aquel día. No me basta con decir que la película precipitó mi interés en el maquillaje; algo más me sucedió. Mi conciencia se abrió. Aquello me enloqueció. Allí estaba yo, un chaval de doce años de la Pequeña Italia, de un barrio relativamente pobre, observando a un hombre tramsformado en mucha gente diferente y guiando numerosas vidas a través del maquillaje y las películas. Aquello era lo mío".

Y tanto que lo era. A tal punto llegó su fascinación, que no dudó en preguntar a su primo favorito qué diablos empleaban los actores para pegarse los bigotes o las barbas de turno.

Lamentablemente, Savini no entendió bien la contestación de su primo y confundió la cola teatral, spirit gum, con el chicle de menta, spearmint gum, y así apareció ante su sorprendida madre, con el rostro cubierto de pelo y goma de mascar, en una temprana recreación de un licántropo mutante.

Insatisfecho ante este primer fracaso, el niño acudió a la biblioteca local y allí tomó prestado un estupendo manual de Richard Corson, titulado Stage Make-up. A instancias de su hermano Anthony, el pequeño Savini acudió días más tarde a una costurería local en la que se vendían productos de maquillaje, comprando material suficiente para caracterizar a todo su vecindario.

Genio incomprendido, Savini se quejaba de su falta de tiempo para realizar las tareas escolares, convencido de que las matemáticas no servían para construir dientes de vampiro.

Cuenta él mismo en el volumen Grande Illusions (casi unas memorias) cómo pasaba horas en su habitación, reproduciendo ante el espejo las monstruosidades catalogadas en la revista Famous Monsters of Filmland, mientras los otros niños jugaban al béisbol, ajenos a las excentricidades de su compañero.

Sólo algunos se atrevían a servir de cobayas para los experimentos del temprano caracterizador, firmemente decidido a convertir a su pandilla en una parada de almas perdidas.

Así pasaron los meses… hasta que una modesta feria ambulante arribó al teatro local con un espectáculo que, bajo el título de Monstruos de Hollywood, mostraba a dos actores vestidos de monstruo de Frankenstein y de hombre-lobo. El personaje de Drácula era seleccionado durante el espectáculo entre los espectadores maquillados a tal efecto.

Naturalmente, Savini fue el afortunado vampiro adolescente elegido para la ocasión, si bien su éxito fue tal, que la compañía decidió llevarle a las representaciones realizadas en toda la zona de Pittsburgh. ¿El sueldo? Una remesa diaria de batidos de chocolate, los preferidos de nuestro personaje.

La guerra de Vietnam aceleró el camino hacia la madurez de Savini, ya decidido a dedicarse al maquillaje cinematográfico. Ver a los cadáveres en el frente le llevó a buscar consuelo en un mundo de fantasías macabras.

Tras debutar en Deathdream (1972), inició una próspera colaboración con George A. Romero en Martin (1976), aunque la cinta más conocida de las que realizaron en común es, sin duda, Zombi (Dawn of the Dead, 197.

Uno de los momentos más intensos de dicha película es aquél en el que la cabeza de un zombi estalla. Savini logró este efecto empleando una prótesis de yeso, cubierta de látex, que contenía trece preservativos en su interior, llenos de sangre artificial, y una mixtura de manzana y maíz tostado para simular la masa cerebral.

El maquillador intervino después en un largometraje dedicado a los efectos especiales de maquillaje, Effects (197 y en una película de bajo presupuesto considerada obra de culto por muchos aficionados al género, Maniac (1980).

Entre los trucajes más felices de Savini para esa cruenta historia se cuenta el instante en que el asesino corta y separa con un cuchillo el cuero cabelludo de sus víctimas. Para lograrlo, maquilló con vaselina la herida sobre un cuero cabelludo falso de látex, que ocultaba el cabello real de la actriz. Bajo una peluca se ocultaban numerosos tubos de sangre artificial. El minucioso corte del cuchillo –que también bombeaba sangre– solamente incidía sobre una capa de cera fúnebre.

En cuanto a otro estallido de una cabeza que aparece al comienzo de la pelicula, el procedimiento empleado era muy similar en su concepción al aplicado por Chris Wallas y Stephen Dupois en Scanners (1981). Esta es su receta: una cabeza de yeso y cera, llena de sangre artificial, sirope de maíz y gomaespuma.

En 1980, además de realizar los trucos de El despertar (The Awakening), Savini intervino en el rodaje de la película que inauguró una de las series más prósperas del gore, Viernes 13 (Friday the Thirteenth, 1980).

Poco tiempo después, Tom Savini fue contratado como maquillador en tres películas consecutivas, The Burning (1980), Prowler (1981) y Los ojos de un extraño (Eyes of a Stranger, 1981), y como actor en una tercera, Los caballeros de la moto (Knightriders, 1981).

Pero fue después de rodar junto a Steve Miner la segunda entrega de las aventuras de Jason, Viernes 13, II (Friday the Thirteenth II, 1981), cuando fue llamado para realizar uno de sus trabajos más creativos, Creepshow (1982) . En esta ocasión realizó numerosas figuras de látex y, sobre todo, una curiosa criatura simiesca cuya realización recuerda los trabajos de otro especialista en la materia, Rick Baker.

Entre los trucajes de maquillaje de Savini en los años siguientes se cuentan los de Los amantes de María (Maria's Lovers, 1984), debut norteamericano del director ruso Andrei Konchalovsky, El día de los muertos (Day of the Dead, 1985), tercera entrega de la saga de Romero, Invasión USA (1985) y la segunda parte de Creepshow (1987).

El año 1990 es el que marcó su debut como director. Con cierto nerviosismo, afrontó la tarea de rodar una nueva versión del clásico de su amigo George A. Romero, La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 196, esta vez en color y con un mayor hincapié en los efectos epeciales de maquillaje.

En 1992, se reencontró con otro de sus buenos compañeros, el director italiano Dario Argento. Ambos ya habían colaborado en Los ojos del diablo (Two Evil Eyes), y su nuevo proyecto, titulado Trauma, era una peculiar historia de decapitaciones.

Poco después, Savini estrenó en Carolina del Norte una adaptación teatral de Drácula, repleta de efectos escénicos. De ahí en adelante, se convirtió en un invitado especial de convenciones y especiales televisivos.

Hace tiempo que abandonó la primera fila de los efectos especiales, y sin embargo, su prestigio y su carisma continúan intactos. Acaso su secreto sea una permanente simpatía, que le lleva a compartir la ilusión por un oficio de lo más peculiar: causar horror a los espectadores.

(Parte de este artículo forma parte del libro Cinefectos: trucajes y sombras)
http://www.youtube.com/watch?v=_CB_K2SnUec

__________________
“Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. / La mina soy yo. / Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos" Último post de misterio click en la calavera.


EL DARKÖ no está en línea   Responder Citando
 
Page generated in 0,08299 seconds with 11 queries