Lewis Hamilton ha conseguido salir casi airoso de un problema que lleva arrastrando desde hace meses, cuando el piloto de Fórmula 1 decidió exhibirse fuera de los circuitos haciendo acrobacias con su coche en un lugar público. El juez que ha llevado su caso ha sido benévolo con él y tan sólo le ha hecho pagar una multa. Todo ocurrió en marzo, durante el Grand Prix de Melbourne, Australia, cuando Hamilton, de 25 años, fue arrestado por la Policía mientras llevaba a cabo una serie de acrobacias con un Mercedes Clase-C de más de 100.000 euros ante unos enloquecidos fans.
Al parecer, el piloto, a la salida del circuito en cuestión decidió obsequiar a sus seguidores con una serie de maniobras no permitidas en las vías públicas. El coche del piloto, que recientemente salió a subasta, fue incautado, y él mismo se declaró culpable de lo ocurrido, a través de su abogado, en el juicio que tuvo lugar el martes.
Hamilton también admitió que su temeraria conducción causó la pérdida de tracción de las ruedas y de la estabilidad del vehículo y, por lo tanto, se convirtió en un peligro público. El piloto describió aquel momento como "una pérdida momentánea de la razón"
El juez, Clive Alsop, explicó en el juicio que Hamilton había abusado de su posición e influencia "comportándose como un estúpido conductor joven", y podría haber sido mucho más duro con Lewis, pero agradeció la carta de disculpas del piloto.
Lewis Hamilton tan sólo está ahora obligado a pagar una multa de 336 euros, algo insignificante para alguien que tiene un salario anual de 23 millones de euros.