Un jugador de snooker es la última víctima de una larga lista de profesionales que han visto truncada su vida deportiva, e incluso privada, por el alcohol. Éstos son los casos más llamativos.
Álex Higgins, uno de los jugadores de snooker más afamados de la historia y que consiguió ser el campeón más joven de la historia en dicha modalidad, ha sido el último ejemplo de cómo el alcohol puede truncar una presumible vida deportista exitosa (o más de lo que en realidad fue).
Otros casos, y no solamente en el mundo del fútbol, sirven de antecedente al de Higgins. El primero que viene a la cabeza es el de George Best, el llamado 'Quinto Beatle', uno de los jugadores más brillantes de la historia y con una vida más agitada.
Su gusto por el alcohol, la noche y las mujeres era por todos conocido, sobre todo porque él no tenía problema en reconocerlo. Finalmente el irlandés murió arruinado aunque, eso sí, enterrado en loor de multitudes. Sin esa 'otra vida', es difícil imaginar el límite del hábil extremo del Manchester United.
Y sin salir de los 'red devils', Paul Gascoigne es otro de los nombres que aparece en esta lista negra. Gazza, el apodo por el que era conocido el centrocampista inglés, también bebía alcohol con asiduidad, en algunas ocasiones provocando sucesos escabrosos, como accidentes o peleas.
Pero en el otro lado del charco también se han producido escándalos de este tipo. Sin ir más lejos, en el Mundial de Alemania 2006, donde el Presidente de la Confederación Brasileña, Ricardo Teixeira, afirmó que la Cararinha fue eliminada de la Copa del Mundo, entre otras razones, por el alcohol.
En aquella selección brasileña estaba entre otros Adriano, el ex delantero del Inter, que también ha tenido muchos problemas durante su vida con la bebida.
Fuera del fútbol, también
No es únicamente en el balompié donde se han vivido casos de este tipo. El ajedrecista John Daly o el jugador de la NBA Charles Barkley, el ejemplo quizá más significativo de la mejor liga del mundo de baloncesto.
Por Álvaro Díaz para Eurosport