La especie de
medusa Turritopsis nutricula podría ser el
único animal en el mundo que realmente ha descubierto la fuente de la eterna juventud.
Este
hidrozoo, de forma acampanada y apenas medio centímetro de longitud, no muere tras alcanzar su estado adulto, sino que
es capaz de regresar a su forma juvenil (pólipo) y repetir su ciclo vital hasta alcanzar una segunda madurez... y una tercera, y una cuarta... Así hasta un número de veces potencialmente infinito, según los científicos. Los investigadores están estudiando a fondo la biología de la
medusa para descubrir cómo es capaz de
revertir su proceso de envejecimiento.
La cara negativa es que el número de individuos de esta especie no para de crecer (y, en apariencia, ninguno muere), por lo que ahora la medusa se encuentra en los
océanos de todo el mundo y no sólo en sus aguas del Caribe natal, protagonizando una
invasión silenciosa, según advirtió el año pasado la investigadora María Miglietta, del Smithsonian Tropical Marine Institute (EEUU).