Kaká ha abandonado la concentración del Real Madrid en Los Ángeles para desplazarse de urgencia a Amberes y ser examinado de una lesión en el menisco de la rodilla izquierda, motivo por el que el brasileño no podía entrenarse desde que se reincorporó al trabajo con el Madrid.

La decisión de si el jugador deberá pasar o no por el quirófano la tomará este jueves el prestigioso doctor Marc Martens después de examinar a Kaká. En el caso de tener que someterse a una artroscopia para reparar el menisco dañado, el jugador podría estar cerca de dos meses de baja.

La pubalgia, que tanta guerra ha dado al brasileño durante la pasada temporada no es, por tanto, la causante de que el crack no pudiese trabajar al mismo ritmo que el equipo. Dado el secretismo —no ha habido un solo parte médico del Real Madrid hasta ayer— con el que se estaba llevando el caso de Kaká, todo el mundo achacaba los males del brasileño a su pubalgia, de la que evoluciona favorablemente según el parte médico ofrecido ayer por el Real Madrid a las 01.50 hora española.

Las primeras sospechas de que otro tipo de lesión podía ser la causante de que Kaká sea el primer inquilino de la enfermería de la temporada vienen por la excesiva suavidad de su plan específico de trabajo, que se reducía a trabajar en el gimnasio.