Sarkozy no es solo el peor presidente que se recuerda en la República de Francia desde hace décadas. Está haciendo un daño irreparable a la imagen de su país, que por sus históricos avances en derechos sociales ha sido tradicionalmente considerada la patria de los derechos del hombre.
El facho Sarkozy exporta culebrones de corrupción, folletines de sus bufonadas amorosas y salidas de tono berlusconianas. Su chulería llegó hasta el punto de ser pillado insultando a todos los líderes de occidente con los que tiene que tratar, desde Obama, a Angela Merkel, pasando por Zapatero.
Hoy su polícía nos regala una escena de París que pone los pelos como escarpias: recuerda a la ocupación Nazi del régimen del Vichy.Un vídeo en el que se muestra a la policía francesa cargando duramente contra un grupo de mujeres y niños en un suburbio al noreste de París. Un insulto a la memoria y la historia de Francia, y su tradición en defensa de los derechos humanos.
Europa, sumida actualmente en una oscura etapa de nefastos gobiernos cavernarios de derecha liberal y posfascistas, necesita que Francia despierte y encienda la mecha del cambio.
Para ello es indispensable que el nefasto Sarkozy no repita mandato en el Eliseo.