En un país con una herencia arriera como este uno pensaría que la cabalgata es un homenaje a quienes de manera obligada pero desinteresada hicimos posible el progreso de ésta tierra: los caballos y toda la familia equina. Bajo el comando de mugrientos campesinos que nos montaban y a quienes les teníamos que tolerar sus borracheras de tapetusa, su mugre, sus pantalones de meses sin lavar, sus botas empantanadas y su zorra del campo, logramos marcar los senderos, unir los pueblos, sembrar los campos e instaurar el progreso en la tierra antioqueña.
Sin embargo, nuestra importante contribución al progreso paisa no es reconocida de la mejor manera y, por el contrario, nos castigan cada año en un día que debería ser para honrarnos, admirarnos o al menos dejarnos descansar… pero no! El único día del caballo en todo el año y es precisamente el día en que más nos ponen a trabajar, más de la cuenta, y sin ningún fin práctico aparente.
Yo generalmente no me quejo mucho, pero es imposible no levantar mi enérgica voz de protesta al enfrentarme a situaciones como ésta. Con razón todavía estamos sumergidos en el subdesarrollo… somos una hijuemíchica aldea!. Mientras que en países desarrollados la élite es de avant-garde o de vanguardia y ciudades cosmopolitas demuestran su cultura con movimientos artísticos innovadores y de buen gusto… el teatro, la pintura, la buena música y el buen cine son las predilecciones de los verdaderos ricos, para quienes la equitación es un deporte profesional, con estilo y competitivo, que toman con mucha seriedad y mucho respeto por nosotros: los caballos.
Aquí, en cambio en aldeas de quinta como esta, los ricos son como pobres con plata… pues es lo único que los diferencia, porque de resto el nivel intelectual y cultural es casi el mismo o incluso peor el de los ricos, que ni estudian porque “ya tienen plata hijueputa” y pueden pagar lo que necesiten.
No es de extrañarse entonces que el rico tenga los mismos gustos malucos del pobre, que vibre con la misma música de Jhonny Rivera, diomedez días, los cantores de chipuco, y los tigres del norte… que disfrute leyendo periódicos como la chiva, resuelva crucigramas hasta la mitad, y que valore más un plata’o de bofe, higado, corazón, chunchurria o morcilla… que una buena comida alternativa.
En una aldea tan maravillosa como esta, el rico es feliz demostrando que tiene plata, montandose borracho en uno, con bafles a todo taco con su música pecueca, y montando a su silicónica mujer en otro de nosotros.
He escuchado a muchos humanos que van a la cabalgata dizque a “ver chimbitas”. ¡Qué idiotas! Si ese es el objetivo no nos deberían de joder a nosotros y organizar de una vez un desfile de chimbitas y dejarnos en paz. También he escuchado a algunos pendejos que afirman con cierto acento de gañán: “uy, que rico ser ese caballo, pa’ que en uno se monte semejante tarra’o de vieja” pues bien, tengo un mensaje para quienes sostienen esas morbosas afirmaciones, yo no sé ustedes, pero yo no soy zoofílico, soy un caballo de verdad y no me gustan las mujeres, me gustan las yeguas, de cuello largo y carrillo abultadito!; para mí una mujer es un bulto de carne más para cargar, lo mismo que un viajao de escombros, una caneca de leche, o un ganadero borracho, aunque a veces ellas mismas son más pesadas porque casi todas cargan de a kilo de silicona en el pecho.
Entiéndannos, la cabalgata para nosotros es como una de esas procesiones de semana santa, a las que todos van pero que ninguno se las solla… bajo el intenso sol de la ciudad de la eterna primavera, el acoso de nuestros borrachos jinetes, y el estrés por el caos en general… la cabalgata es una mierda para uno.
El rico es un visajoso ahí, cuyo único objetivo en la vida es ser venerado por los demás… no por sus propios méritos, sino por sus perras posesiones.
Si quieren honrar nuestra tradición arriera, hagamos algo bien chévere en el campo, un asadito, no se…en el monte, en nuestras montañas. Allá pasamos mas bueno, porque hace más fresquito y no gastamos nuestros cascos en este pavimento de ciudad. ¿Hace cuanto trajeron el primer automóvil a Medellín? y todavía andan a caballo estos berracos y se sienten superiores haciéndolo… ¡los ricos son tontos! Es mejor andar en auto… se cansan menos ellos y uno, son más bonitos, más rápidos y no obstaculizan el tráfico en la ciudad.
Medellín es una ciudad grande, tal vez la segunda más importante del país… sin embargo, colapsa el tráfico y el progreso por un día, para recordarnos lo aldeanos que son, y lo mucho que les gusta que sus calles huelan a nuestra caca.
Ojalá que mi sincero mensaje pueda llegarles a algunos, y esta cosa empiece a cambiar.
Gracias.
Con muchos relinchos,
Argemiro
Un caballo.