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porcelain
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Predeterminado Respuesta: Juana Barraza Samperio "La Mata Viejita"

El 2 de marzo de 2003, Juana Barraza dio su siguiente golpe. Entró a la casa ubicada en Barcelona nº 19, departamento 2, en la Colonia Juárez. Allí vivía Guillermina León Oropeza, de ochenta y cuatro años de edad. Barraza la estranguló con sus manos y la dejó encima de un sillón de la sala. Luego revolvió la casa buscando joyas y dinero.
El viernes 25 de julio de 2003, “La Mataviejitas” asesinó a María Guadalupe Aguilar Cortina, de ochenta y seis años de edad, quien vivía en Torres Bodet nº 75, Colonia Santa María La Rivera. Con el pretexto de darle un masaje en las piernas, logró introducirse a su domicilio. La mató en la recámara, donde un enorme espejo reflejaba lo que ocurría en dos camas gemelas separadas por un buró. Luego revisó todo, haciendo un tiradero. Se llevó joyas y dinero. En una muestra de desprecio, arrojó sobre el cadáver de la anciana los papeles y ropas que iba sacando de un enorme ropero. El 9 de octubre de 2003, le tocó el turno a María Guadalupe de la Vega Morales, de ochenta y siete años de edad. Ella vivía en Calzada Becerra nº 109, Interior 102, Colonia 8 de Agosto, en la Delegación Benito Juárez. A ella le sujetó los brazos a la espalda, con tanta fuerza que se los fracturó. Luego la amarró y la estranguló, dejando su cuerpo tirado en el piso. Barraza forzó una caja fuerte que la víctima poseía. El viernes 24 de octubre de 2003, a las 13:10 horas, Juana Barraza, con engaños, consiguió ingresar a la casa ubicada en Cerro del Crestón nº 25, Colonia Campestre Churubusco, en la Delegación Coyoacán. Allí vivía sola María del Carmen Muñoz Cote de Galván, de setenta y ocho años de edad.Barraza esperó hasta que la mujer se descuidó para atacarla por la espalda; la estranguló con un estetoscopio y la dejó tirada en el piso de la cocina. Luego forzó una caja fuerte que la muerta tenía, en la cual guardaba joyas, dinero y algunos documentos.
La primera mujer identificada por la policía como “La Mataviejitas” fue Araceli Vázquez García, una regordeta mujer de cuarenta años. Abordaba a las ancianas en los parques o en las estaciones del Metro y se hacía pasar por trabajadora social del Programa para Adultos del Gobierno del Distrito Federal. Si las víctimas vivían solas, les ofrecía tarjetas para despensa o bonos económicos. Las visitaba en su domicilio, se informaba sobre su situación financiera y luego las sometía, obligándolas a entregarle las joyas y el dinero.
Primero se limitaba a robarles, pero luego perdió el control. Comenzó a maltratarlas, a golpearlas y finalmente a asesinarlas. Sus víctimas vivían en las colonias Del Valle, La Condesa, Obrera y Juárez.
El 28 de octubre de 2003 a las 15:45 horas, mató a Gloria Enedina Rizo Ramírez, de ochenta y un años, quien vivía en la Cerrada de Adolfo Prieto nº 14, en la Colonia del Valle.
La última víctima de Araceli Vázquez García fue María Margarita Aceves Quezada, de setenta y cinco años de edad. Fue estrangulada en su departamento de la Unidad Habitacional Cuitláhuac, en Azcapotzalco. El asesino había revuelto el lugar y se había llevado dinero y joyas. Araceli dejó una huella digital en un vaso; por esa huella lograron identificarla y capturarla. En su domicilio aún guardaba parte del botín de varios ataques previos. La arrestaron el 7 de marzo de 2004. Ella siempre negó que hubiera matado a alguien, aunque aceptó los robos. "Yo no maté, yo no maté, sí robé, no es justificación tampoco, es algo bien grave pero nunca maté a nadie, esa es mi realidad yo espero que Dios me ayude, que me ayude de verdad, porque sólo quiero una oportunidad de irme", declaró. Fue sentenciada a veintitrés años de prisión. El martes 4 de noviembre de 2003, a las 21:30 horas, Juana Barraza Samperio atacó de nuevo. Fue en Extremadura nº 50, Interior 10, Colonia Insurgentes Mixcoac, en plena Delegación Benito Juárez. Con engaños se ganó la confianza de Lucrecia Elsa Calvo Marroquín de ochenta y cinco años de edad, haciéndose pasar por empleada de la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
Una vez en su casa, la estranguló con un cordón; fue tan violento el ataque, que cortó profundamente la piel del cuello y el rostro de la mujer quedó totalmente violáceo. Luego la dejó tirada sobre la cama, mientras se dedicaba a vaciar los cajones. Anteriormente había robado en el departamento de Emma Régules Genesta, quien vivía en el mismo edificio. Para el miércoles 19 de noviembre de 2003, hacia las 18:33 horas, “La Mataviejitas” asesinó a Natalia Torres Castro, de ochenta y cinco años de edad, en su domicilio ubicado en Privada Reforma nº 40, Colonia Villa Coyoacán. Al salir, algunos testigos vieron a Juana Barraza, vestida de enfermera, llevando una bolsa de plástico con lo robado a la mujer. El viernes 28 de noviembre de 2003 a las 10:10 horas, “La Mataviejitas” efectuó un nuevo ataque. Esta vez en la Cerrada Eugenia nº 36, en la Colonia Del Valle. Su víctima fue Alicia Cota Ducoin, de setenta y seis años de edad. Le ofreció “ayuda económica para adultos mayores”.Antes de la captura de Juana Barraza Samperio, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer para acceder a los apartamentos de las víctimas. En uno de los casos, uno de los testigos observó a una “mujer grande con una blusa roja” salir del hogar de una de las mujeres asesinadas.
Al catear su casa, ubicada en la calle de Abetos, Colonia Izcalli, municipio de Ayiotla, en el Estado de México, las autoridades encontraron diversos recortes de periódicos sobre sus ataques. Aunque no sabía leer ni escribir, guardaba las notas que los medios publicaban sobre sus asesinatos. Allí mismo tenía objetos que pertenecían a las víctimas, sus “trofeos”. Luego declararía que pasaba horas en una habitación cerrada de su domicilio, contemplando y acariciando aquellos recuerdos.
n su casa también había un altar a la Santa Muerte, con una serpiente y una manzana como ofrendas. A un costado había otras dos imágenes: un cuadro de Jesús Malverde, el santo de los narcotraficantes, y una figura similar a Buda. A los pies de esta última algunas piedras de cuarzo y caracoles y enfrente una especie de barril pequeño con la leyenda “Para la abundancia”. En la pared de tabique rojo colgaba un cuadro: la fotografía de Juana Barraza Samperio con su disfraz de luchadora, con su atuendo de “La Dama del Silencio”, orgullosa, con un cinturón de campeona y enfundada en su traje rosa y sus botas blancas. También había algunas fotos de sus hijos.
Entre su ropa estaba una bata blanca del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y un par de zapatos blancos, así como un estetoscopio: el disfraz que en ocasiones usaba “La Mataviejitas” para acercarse a sus víctimas. El cateo duró tres horas.
Tras la caída de Barraza, su comadre Araceli Tapia fue también arrestada; se le consignó al penal de Santa Martha Acatitla por el delito de robo. Juana Barraza se hizo amiga de las otras reclusas. Una de sus amigas es Sara Aldrete “La Narcosatánica”, quien comenzó a alfabetizarla. Juana Barraza aprendió a leer y a escribir gracias a ella. También se dedicó a hacer manualidades, sobre todo rafia.

Por otro lado, Barraza también ayudó al control del mercado negro de medicinas, controlado por Sara Aldrete. Entre las dos, le venden medicamentos a las demás reclusas y, según algunas fuentes periodísticas, se reúnen a cenar en pequeños festejos que serían dignos de una fotografía: sentadas a una misma mesa, Sara Aldrete “La Narcosatánica”; Juana Barraza Samperio, “La Mataviejitas”; Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”; Cantalicia Garza Azuara, “La Reina del Golfo”; y María Esther Resano González, “Doña Bomba”. Todas ellas son amigas y controlan la cárcel de Santa Martha Acatitla, disfrutan de privilegios y, según rumores, conversan sobre sus pasados delictivos al calor del tequila y la buena comida que, gracias a sus influencias, introducen en la prisión. Su figura inspiró películas, videohomes, canciones, chistes y la inclusión de un personaje similar en la serie de televisión Capadocia. Pero sobre todo, cambió para siempre la perspectiva existente en México acerca de los asesinos en serie

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