El gringo Darrell Ferguson le pidió a la jueza la pena de muerte para sí mismo, y le hicieron caso.


Un hombre de 28 años que asesinó a tres personas en la Navidad de 2001, que admitió que disfrutó cuando mataba a sus víctimas y solicitó incluso para él mismo la pena capital, fue ejecutado el pasado martes 8 de agosto en Ohio, E.U.

Darrell Ferguson fue declarado oficialmente muerto en la mañana tras recibir una inyección letal en el Centro Correccional de Lucasville.

El reo dedicó sus últimas palabras a sus padres para decirles que les quería y que les deseaba lo mejor, y solicitó para su última comida tres filetes de carne, dos pechugas de pollo, un batido de chocolate y un refresco.

Su primera víctima fue un familiar suyo, Thomas King, de 61 años, al que, después de asesinarle con un cuchillo de cocina, le robó dos televisores y una radio que luego vendió para comprar cocaína.

Al día siguiente, robó y mató a una pareja de ancianos que habían sido sus vecinos. Durante el juicio, Ferguson admitió su culpa e incluso pidió a la juez que le diera la pena capital. En su sentencia, la magistrada definió al joven como un "asesino incorregible, sádico y despiadado".

Su ejecución fue la cuarta que se produce este año en Ohio, la 23 desde que este Estado restableció la pena de muerte en 1999.
Este era Ferguson, de 28 años de edad. El sujeto se dedicaba a la lucha libre universitaria. Al parecer dijo que adoraba a satán.