Respuesta: Jugando con mi prima Ella con las piernas separadas, las rodillas dobladas, sostenía mi cuerpo con su pubis. Sentí su mano que pasó por debajo de mi calzoncillo, tocó mi pene suavemente, lo tomó y lo apretó suavemente, bajó su mano a mis testículos acariciándolos, tomó uno de ellos y acomodándoselo en su linda mano, lo apretó con fuerza.
- Ahora, ¿qué vas a hacer? Ya te tengo bien agarrado por los huevos Miguel el imbatible. Tú me querías morder mis chiches ¿no?
- Magdita, hermosa, no seas mala, así no vale, -supliqué.
- ¿Te parezco hermosa?, -me preguntó al tiempo que me apretaba más fuerte mi testículo.
- La más mujer más hermosa del mundo, -contesté con un gemido de dolor.
- ¿Vas a hacer todo lo que te diga?, -decía apretando un poco más fuerte con su mano.
- Sí, todo lo que digas.
- ¿Lo prometes?
- Sí, sí, lo prometo, -contesté con voz de dolor.
- Ven, ponte boca arriba. -Lo dijo al tiempo que me soltaba mi testículo y me acostaba boca arriba.
Ella se puso sobre mí, sentada a horcajadas, la falda se le había levantado, su pubis frotaba mi pene que no había disminuido su erección a pesar del dolor.
Empezó Magda un movimiento de su pubis hacia delante y hacia atrás, frotando mi pene que marcaba una gran tienda en mis pantalones. Se quitó su sujetador y tuve ante mí la vista más maravillosa de sus tetas, erguidas mirando hacia arriba, retadoras, su forma de montañas picudas, dos Everest en vivo y directo, una vista maravillosa que parecía ser la mejor postal de mi vida. |