Respuesta: Jugando con mi prima Yo les hacía cosquillas, eso las enojaba mucho pero con esa excusa podía tocar partes de su cuerpo que de otra manera no hubiese podido, sobre todo sus tetas. Se les subía el vestido mientras jugaban, yo disfrutaba al ver sus piernas, sus nalgas. Todo era muy divertido.
En un momento del juego, me quité a mi prima de encima de mí sujetándola entre sus piernas, mi mano agarro su pubis, la volteé y la dejé de espaldas en la cama. Sentí como una descarga de deseo, de todo lo que no se puede explicar. No retiré mi mano inmediatamente, sentía latigazos de placer, dolorosos, estaba tocando el centro del mundo, mi mundo, mi universo. Volteé a ver a mi prima, a la mujer. Ella estaba radiante con una sonrisa en la boca, jadeando satisfecha. Retiré mi mano por la pena de sentir lo que sentía, deseo. El placer de sentir sus labios vaginales bajo su calzón, de sentir la puerta de sus secretos, de sus tesoros, de mis deseos, era insoportablemente fuerte.
Tratando de disimular mi excitación, me coloqué en posición fetal para que pudiesen atacarme fácilmente y yo esconder mi erección. Esporádicamente las atacaba con piquetitos a sus costillas o candados suaves para inmovilizarlas.
En el juego también me rozaba con las exuberantes chiches de mi hermana Leticia, se sentía agradable apachurrárselas aunque fuese con mis brazos o pecho, pensaba que los novios que tuviera lo pasarían muy bien con sus atributos de mujer. Con mi hermana podía ser un poco más brusco, además, ¿cómo podía seguir agarrando a Magda y no tocar a Leticia? Tenía que ser más o menos parejo en el juego. |