El hombre que hace felices a los travestis de Bogotá






Quizás sea el único hombre en esta caótica ciudad, y no lo vayan a malinterpretar, que hace feliz a los travestis.
¡¿Y cómo?!
A punta de martillo, cuchillo y tachuelas.
Don Leonidas Castellanos es el zapatero más popular del travestismo en el barrio Santa Fe. Lleva 40 años en este local, que ahora regenta su hijo Jorge, la tercera generación de los Castellanos remontadores y remendones.
Aunque también fabrican zapatos de uso normal, allí la especialidad son las botas de cuero, de más de 70 centímetros de largo y 15 de tacón y plataforma. "Por encima de la rodilla".






Don Jorge manifiesta que este estilo es el más solicitado y llamativo por quienes trabajan la prostitución, y que un par de ellas oscila entre 400 y 450 mil pesos. Los otros motivos más solícitos son los zapatos de colores, tacón puntilla.
La moda travesti se monta a diario en este tipo de calzado, de gran demanda en los reinados gay, en las fiestas y exhibiciones ‘drag’, y en los desfiles a puerta cerrada que algunos apoderados de la rumba permisiva hacen con frecuencia para promocionar sus ‘niñas’.

Jorge Castellanos apunta que el negocio siempre ha sido próspero, y que su padre, don Leonidas, a sus 85 años acosado por el mal de alzhéimer, sacó adelante su hogar y su
familia con su microempresa.



A su lado pervive el operario más antiguo, que se hizo zapatero hace cuatro décadas, con la remontadora: don Carlos Neira, hombre consagrado a sus labores, que no cesa en su ‘taque taque’ y sus remiendos, desde que sale el sol hasta que anochece.
Muchas anécdotas las que han trascendido al interior de este local, donde los mejores y más asiduos clientes, son los travestis:

"Una vez llegó uno -cuenta don Jorge- y me pagó por adelantado cuatrocientos mil pesos para que le fabricara una botas negras. Pasaron los años y nunca lo volví a ver. Ahí están esperando las botas todavía. Es que cuando no se desaparecen por su propia cuentan, los borran del mapa los grupos de limpieza social".
Para las botas, los colores más apetecidos con el blanco y el negro: el negro, para el día, y el blanco que resalta en la oscuridad.
Castellanos dice que con estas ‘mariposas’ nunca hay pierde, porque la paga se recibe en plata contante y sonante, y por adelantado.

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