Claro que hay veces en que ni los mismos periodistas que no quieren ver la realidad, son capaces de ocultarla.



Los campesinos, la tierra y los alimentos

Fernando Ravsberg | 2009-01-22, 11:47

Un amigo mío, campesino, me comentó que la entrega de tierras en la capital del país está estancada debido a que han decidido darle a las granjas estatales una nueva oportunidad para que pongan a producir las parcelas ociosas.

Al perecer se pretende que en los próximos meses estas empresas del Estado quiten las malas hierbas, aren y siembren los terrenos que desde hace más de 15 años habían dejado en el olvido, nada menos que la mitad de las tierras cultivables del país.
De todas formas, varios de los máximos dirigentes cubanos han salido a recorrer el país en busca de más producción de alimentos. Otra vez se apela a la conciencia de los trabajadores de las granjas estatales para que produzcan más y mejor.

El Vicepresidente Esteban Lazo, por ejemplo, se fue a la provincia de Matanzas, a la empresa de cultivos varios "Vladimir Lenin", a pedir que se trabaje para recobrar los niveles de cosecha "tras un desplome en sus rendimientos", según Granma.
En la misma provincia visitó la cooperativa "26 de julio", "entidad a la cual elogió por sus resultados económicos y constancia". Todo indica que la cooperativa va viento en popa y, según el periódico, se pueden abrir aún más posibilidades productivas.
El dirigente comunista pudo comprobar sobre el terreno lo que todo guajiro cubano sabe: las granjas estatales no funcionan, son incapaces de alcanzar los niveles de productividad de los pequeños campesinos o de los cooperativistas.
La realidad de estos 50 años es que, con la mayor parte de las tierras en manos de empresas del Estado, la producción se redujo hasta el 20%, por lo que el país se ve obligado a gastar US$2.500 millones importando alimentos que podrían producirse aquí.
El Ministro de Economía, José Luis Rodríguez, en una reunión con los diputados, reclamó cambios estructurales en la agricultura, algo que parece bastante lógico teniendo en cuenta lo escasa y poco eficiente que es la producción agrícola.
La solución propuesta por el Presidente Raúl Castro es una reforma agraria que entregue fincas a pequeños campesinos y cooperativistas, los que en la actualidad, con apenas el 20% de las tierras, logran producir el 60% de los alimentos.
Tan es así que en la provincia de Matanzas, el presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), aseguró que la entrega de tierras "propiciará mayor presencia de viandas, granos y hortalizas, y el desarrollo de las ganaderías".
Pero los meses pasan y la reforma agraria avanza muy lentamente. Los medios de prensa dejaron de hablar del tema y cuando tocan a la agricultura es para tratar de levantar un modelo de producción que ya probó ampliamente su ineficacia.
El problema de la agricultura no viene de los ciclones, ni siquiera de la crisis económica de los años 90, lo cierto es que nunca en 50 años de Revolución el modelo fue capaz de subsanar la escasez crónica de alimentos que golpea a la población.
Un economista, profesor de la Universidad de La Habana, me decía hace poco que entre las asignaturas pendientes, la primera es la producción de alimentos, donde no se llegó a alcanzar ni siquiera los rendimientos del resto de América Latina.
Todos, desde la Oficina Nacional de Estadísticas con sus cifras hasta los campesinos con su experiencia, confirman que hay que cambiar la estructura agraria del país, un consenso que incluye hasta al mismo Presidente de la nación.
Debe ser por eso que mi amigo, el campesino, no entiende por qué lo hacen esperar meses para darle un pedazo de tierra que hace ya 15 años que nadie cultiva.

¡ojo a las cifras citadas! Parece ser que la realidad es diferente a la propaganda política