Vendedor ambulante es el rey 'cometamales' en Ibagué 
Foto: Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO
Unos 100 tamales consumieron ayer los 24 competidores.
Luis Fernando Gaviria, de 40 años, se engulló 8 en 10 minutos y venció a otros 23 competidores.
Sus rivales tenían 200 servidos, pero sólo pudieron con 100. Ayer, en Ibagué se consumieron 200 mil platos.
Antes de salir apresurado de su casa rumbo al parque Manuel Murillo Toro, de Ibagué, Luis Fernando Gaviria le pidió de rodillas la bendición a su madre y prometió traerle de vuelta 100 mil pesos para que los comprara en dulces, cigarrillos y en una chaza, y pudiera rebuscarse unos centavos en las fiestas del San Juan. Y le cumplió.
Este ibaguereño fue el ganador del concurso del cometamal, que se realiza todos los 24 de junio en la capital tolimense. Se comió seis tamales, cada uno de 500 gramos, en sólo cinco minutos y dos más en el desempate. Por la hazaña recibió 500 mil pesos.
"La verdad, no me preparé: lo único que hice fue no desayunar, pero anoche comí común y corriente", dice este vendedor ambulante, el nuevo rey tragatamal, mientras se apura una cerveza.
A la competencia se presentaron 24 participantes, que al igual que Luis Fernando no desayunaron para abrirles campo a los tamales que se iban a engullir. Cada uno sacó de un indio (olla grande con manijas) los que creía que se iba a comer, cortó los moños y los puso en hilera.
La imagen era impresionante: en tandas de a cuatro personas los opíparos comensales se inclinaban sobre los tamales dispuestos en la mesa y a la cuenta de tres se mandaban manotadas de este plato que lleva pollo, cerdo y un trozo de garra (tocino), sin poder intercalar con alguna bebida.
A los pocos minutos de iniciada la competencia algunos iban quedando fuera, como le pasó a Mario Jiménez, quien creyó tener el estómago suficiente para seis o siete tamales. "Esto es muy berraco. Creo que me equivoqué al haber comido anoche y esta mañana", dijo cuando se bajaba de la tarima tras haberse comido dos platos.
Entre tanto, la multitud alentaba a los participantes con gritos de júbilo, al tiempo que otros reían y algunos más hacían gestos de sorpresa al ver la capacidad de los concursantes para devorarse, en segundos, un tamal tras otro.
Una ronda de desempate
Después de seis tandas de participantes hubo empate. Cuatro hombres habían quedado igualados -cada uno se había comido cuatro tamales- y debían irse a un desempate. Pero esta vez no era con la mano, sino con tenedor y sin dejar caer una sola arveja.
Antes de que el animador contara hasta tres, Luis Fernando miró su tamal como planeando una estrategia, mientras los otros tres competidores se distraían con el público. Cuando se dio la partida, empezaron a devorarse los platos, pero ya no con la misma velocidad de la primera ronda. A los cinco minutos, que se hicieron eternos, Luis Fernando era el único que aún continuaba inclinado.
"Uno queda muy lleno; ya no me cabe más comida, pero por allá a la media noche estoy seguro de que me dará hambre. Por ahora, lo que tengo es una sed muy brava", señaló el hombre, al que después de engullirse ocho tamales aún le queda campo para apurar su segunda cerveza.
"El año pasado, con un amigo entré a la competencia y cada uno se comió 10 tamales en 10 minutos", dice este tolimense antes de salir exhausto para su casa en busca de su madre y con el deseo de hacerle la siesta a tan salvaje comilona, en la que se consumieron 100 tamales.
El récord del año pasado estaba en poder de Mauricio Alfonso Varón, un joven de apenas 22 años que, en cinco minutos, se comió seis tamales y medio, pero esta vez, aunque llegó al desempate, naufragó: sólo pudo con siete tamales.
El alcalde de Ibagué, Jesús María Botero, dijo que en el día de San Juan se consumieron más de 200 mil tamales en la ciudad, que bajaron con chocolate caliente, arepa, pan y bizcochos de achira.
La fiesta la hicieron 60 productores
Según el reporte de la Alcaldía de Ibagué, ayer se vendieron aproximadamente 200 mil tamales de una libra, con precios que oscilaban entre 3.000, 3.500 y 4.000 pesos.
La venta más grande se dio en el parque Manuel Murillo Toro, donde se ubicaron 60 fabricantes de este producto típico, que vinieron de los municipios de Guamo, Purificación, Espinal y Natagaima.
En Ibagué estuvieron tamaleras famosas como Eduvina y doña Matilde. También asistieron negocios de renombre como Tamales y más tamales, Tamales de la Gobernación y Mata de Plátano, entre otros.