El domingo, después de las elecciones en ls que resultó ganador Juan Manuel Santos por un margen muy amplio, me puse a vr el discurso de victoria de Santos, en las que resalto muchas cosas. Primero me llamo mucho la atención el tono firme y enérgico, que siempre ha sido característico en él, pero más me llamaron la atención sus propuestas de gobierno. Esta vez quisiera resaltar una que me llamó mucho la atención y es su propuesta hacia una Colombia donde se defiendan los Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos son en resumen todo el compendio de garantías y privilegios que gozamos todos los ciudadanos en todas las áreas de la actividad humana, y es obligación de todos los gobiernos del mundo velar porque los ciudadanos a los que representan les sean respetados estos derechos. En muchos países esto no es una realidad o es una realidad a medias, y Colombia, tristemente, hace parte de ese grupo de países donde muchos derechos son transgredidos.
No importa si estos derechos han sido violados por fuerzas estatales o fuerzas al margen de la ley, el caso es que los derechos de muchos compatriotas son notoriamente pasados por el agache, y esos actos siguen siendo un lastre para el desarrollo del país. En el campo laboral es más evidente, durante los últimos años se registraron homicidios de líderes sindicales (aunque la cifra va en descenso, sigue siendo una situación alarmante), y esta falta de garantías a los trabajadores ha afectado tremendamente las aspiraciones del presidente Uribe de firmar el tan aclamado Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, del cual ha sido un acérrimo defensor (aún ignorando que son más los perjuicios que los beneficios).
Ahora, Uribe deja la presidencia sin poder cumplir uno de sus objetivos que era el anhelado TLC con los Estados Unidos, cuyo congreso ha seguido rechazando el acuerdo comercial debido a la falta de garantías para los trabajadores. Ahora Santos, otro neoliberal consagrado, será el nuevo abanderado de esta lucha por el tan apreciado acuerdo comercial, y sabe que, para lograr la rúbrica de Washington en el acuerdo, deberá buscar la manera de mejorar las condiciones en derechos humanos en Colombia. De ser así, espero que lo haga en haras de garantizar a los colombianos sus derechos civiles y no sólo derribar un obstáculo para conseguir concretar un acuerdo comercial que ha defendido tanto, aún ignorando las consecuencias negativas que éste podría traer a Colombia.