El uranio, juego de mesa (1940-1950)
Y para los niños con el espíritu científico más vago siempre estaban los juegos de mesa. En “Uranium”, creado en la década de los cuarenta, la meta era lograr uranio o arrebatárselo al contrincante y llegar a la oficina de reclamos antes que nadie. Fue creado por la publicación Saalfiel de Ohio. .
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La carrera del Uranio (1955)
En Uranium Rush, producido por Juegos Gardner, todos los jugadores comenzaban el juego con 15000$ que tenían que invertir en comprar minas al gobierno. Una vez compradas se usaba el contador geiger que emitía un zumbido si en la mina en cuestión se encontraba uranio. Si así era, la inversión hecha en la mina se multiplicaba por la venta del uranio. Cuando todo el terreno estaba vendido, el jugador con más ganancias se proclamaba vencedor del juego. .
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Y para completar el conjunto, un buen número de cómics en la que los personajes recibían super-poderes gracias a la exposición a los elementos radiactivos. Todos los héroes eran más héroes si su nombre se acompañaba de “atómico” o “radiactivo”. No sería de extrañar que gracias a estos cómics más de una de las muestras de uranio o radio de los juguetes experimentales acabaran en los estómagos de los niños. ¿Quién podría resistirse a esta tentación? .
En fin… la fiebre por la radiactividad se mantuvo hasta bien entrados los años 80 aunque a finales de los 60 se prohibieron las muestras de elementos radiactivos en ellos. Sobre la ética de este tipo de juegos dejaré unos puntos suspensivos ya que precisamente no fueron creados en un país que no supiera de la radiactividad y sus consecuencias.