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Antiguo 12-05-2010 , 17:10:02   #27
CUDA
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Predeterminado Respuesta: Holocausto: alcaraciones

HOLOCAUSTO
LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XX




El cargo más grave que se hizo a los líderes nazis fue el de haber cometido "crímenes contra la humanidad"; en otras palabras, ejecuciones de judíos. La parte acusadora, o sea los mismos israelitas, calcularon en seis millones el número de ejecutados. Una cantidad tan grande de fusilamientos es incuestionablemente injustificada, pero el delito no se configura con el simple dicho del acusador. Para probarlo se hubiera requerido el trabajo de un tribunal imparcial y de una investigación que no fuera practicada por los mismos acusadores, máxime cuando esos acusadores exageran siempre todo suceso que tienda a favorecerlos. Frecuentemente llegan incluso a desprestigiar como victimarios a quienes en realidad son víctimas de ellos.

Un gran sector de abogados británicos, por conducto de la revista "The Solicitor", de junio de 1946, hizo la siguiente observación: "Cuando un hombre insiste en ser juez de su propia causa hay que suponer inevitablemente que ésta no resistirá a la investigación. ¿No sacará la posteridad esta conclusión respecto a los juicios de Nuremberg?".
Antes de la guerra sólo había 600,000 judíos en Alemania.

Y una vez terminada la contienda aún había tantos que pudieron asumir innumerables puestos públicos, montar tribunales de "desnazificación" y ocupar cargos directivos en el comercio, en la industria, en la banca y en general en todas las actividades públicas. Después de la guerra, la agencia noticiosa "France Press" informó cómo millares de judíos asistieron en Munich al entierro de Philipp Auerbach. Y en toda la prensa (incluso la israelita) se publicó asimismo cómo en el pequeño poblado alemán de Bielfeld una multitud de hebreos se opuso a la exhibición de una película interpretada por Weit Harlam, debido a que años antes éste había filmado una cinta anti-judía. De igual manera fue del dominio público que apenas el Dr. Eberhard Stern formó en Berlín un partido nacionalista, millares de judíos brotaron por doquier para asaltar su casa y protestar en contra suya. Todo esto sin contar las decenas de miles de israelitas que al terminar la contienda emigraron de Alemania a Palestina, a Estados Unidos y a otros muchos países, inclusive México.
Si antes de la guerra había sólo 600,000 judíos en Alemania; si al terminar la contienda su número era tan considerable que hacían sentir su influencia en todas partes, ¿cómo pues, se explica la ejecución de seis millones de israelitas?... ¿Se trataba acaso de una mágica resurrección?...
Una parcial explicación de estos misterios aritméticos, consiste en que los alemanes ejercieron dominio temporal sobre diversos países europeos en los que había judíos. Pero es el caso que en cada uno de esos países también se repitió el mismo prodigioso milagro de la resurrección. Apenas los ejércitos aliados penetraron en Francia, surgieron por todas partes los "ejecutados" israelitas y se encumbraron de nuevo en la política y las finanzas: Marie Claude, Vaillant-Couturier y Pierre Villain lograron hacerse diputados y junto con Madeleine Braun (también judía) encabezaron una nueva corriente prosoviética. Y apenas el ejército judío-bolchevique penetró en Rumania, Checoslovaquia y Hungría, surgieron israelitas por todas partes para hacerse cargo de la nueva administración pública marxista, de la alta estructura de las finanzas, de la industria y del comercio.

Antes de la guerra sólo había 6 millones de judíos en toda Europa, y de haber sido asesinados seis millones, no habría quedado ninguno, lo cual es absolutamente falso. En todos los países las tropas aliadas encontraron numerosas colonias de israelitas y a otros muchos se les libertó de los campos de concentración. Aun antes de que terminara la contienda, a fines de 1944, Himmler accedió a que emigraran a través de Suiza 1,200 hebreos semanariamente, y el 19 de abril de 1945 (antes que terminara la guerra) Norbert Masur, del Congreso Mundial Israelita, llegó a Berlín a gestionar ante Himmler que los judíos detenidos no fueran cambiados de campamento, a fin de evitarles posibles represalias durante su translado.

El cuento de los 6 millones de judíos muertos comenzó a ser fabricado por el israelita Poliakov, partiendo de las declaraciones del Dr. Wilhelm Hoettl y de Dieter Wisliceny, quienes dieron informes sobre evacuaciones, emigraciones, decrecimiento del judaísmo europeo, etc.. Poliakov barajó estos términos y a todos les dio la acepción de "liquidación". Echó a rodar la bola y luego otros le fueron agregando dramáticos retoques. Los comisarios judíos soviéticos capturaron el campo de Auschwitz y hablaron de 4 millones de judíos muertos con gas, lo cual es falso porque meses antes la Cruz Roja internacional había visitado ese campo y no existía tal exterminio ni cámaras de gas. Pero el embuste fue difundido mundialmente por las agencias internacionales de prensa (controladas por el judaísmo) y coreado por películas filmadas, documentales amañados, panfletos, libros, etc.. David Rousset, en Francia, y Eugen Kogon, en Alemania, dramatizaron la "liquidación de los 6 millones". El comunista húngaro Miklos Nyizli inventó la "confesión" del Dr. Mengele, y después de que fue ejecutado Rudolf Hoess (comandante del campo de Auschwitz, no confundir con Rudolf Hess) se inventó su "confesión" sobre las matanzas y se tradujo a todos los idiomas para "confirmar" en el mundo entero lo de los "6 millones de liquidados". (A esta lista hay que agregar en 1994 la amañada cinta "La Lista Schlinder" del productor y director judío Steven Spielberg.)

Todo esto tiene por objeto desplegar una enorme cortina de compasión hacia los judíos para encubrir los móviles políticos de sus jefes internacionales, empeñados en una lucha total contra el mundo no judío. Y como ganancia extra (cosa muy importante) el Estado de Israel se basa en este cuento para cobrarle a Alemania las indemnizaciones que ha venido exigiendo. En 1998 éstas importan más de 100,000 millones de dólares. Ningún otro país ha hecho negocio con sus muertos, ni menos con sus "muertos vivos". (Aquí es importante agregar que al enterarse de que Alemania iba a indemnizar a "sobrevivientes del holocausto", miles de judíos que jamás pisaron un campo de concentración se tatuaron números en los brazos para obtener el dinero).
Para elaborar el mito de los 6 millones de judíos muertos (todos los que habitaban en Europa) no se omitieron trucos. Por ejemplo, un bombardeo aliado había devastado la población alemana de Weimar, poco antes de que terminara la guerra, y eran tantos los muertos que el jefe de la policía, Walter Schmidt, optó por incinerarlos, de lo cual tomó fotos. Pues bien, esas fotos de alemanes muertos por los aviones aliados fueron luego exhibidas como si se tratara de israelitas asesinados. En Munich ocurrió algo parecido y el arzobispo y cardenal Faulhaber atestiguó que los cadáveres encontrados por los aliados en el crematorio de Dachau no eran de judíos, sino de alemanes muertos en el bombardeo de la ciudad. Agregó que en Dachau nunca existieron cámaras de gas, como ahora se dice que las hubo.

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