Se avecinan las elecciones, de nuevo las campañas políticas salen a flote y como siempre, el cinismo y la doble moral del uribismo se destacan, ahora como herramientas de campaña.
No bastaba con que esta gente fuera acérrima crítica de la política exterior de Hugo Chávez y a la vez complaciente con el acuerdo militar con Washington y con la posible firma del TLC, no bastaba con que desaprobaran las manifestaciones de los estudiantes en Colombia y a la vez aprobaran las protestas estudiantiles en Venezuela, aún cuando los métodos y los motivos fueran prácticamente parecidos; no bastaba tampoco, con castigar a los opositores infiriendo supuestos nexos de éstos con las Farc y a la vez ser indiferentes ante la parapolítica y la yidispolítica...
No, no fue suficiente. Ahora que Uribe no será reelegido, busca desesperadamente que sea Juan Manuel Santos, aparentemente ungido por Uribe, el presidente de este país. No obstante, la opinión de voto ha ido cambiando y ahora pareciera estar en contra de los intereses de los uribistas, que ven en Antanas Mockus una amenaza a sus pretenciones de continuidad.
Ahora recurren a campañas de desprestigio. miedo y desinformación, asegurando que cualquier otra opción amenaza la continuidad y que cualquier otro candidato va a ser blando con la guerrilla y otras "amenazas" como Hugo Chávez. Peor aún, se basan únicamente en el pasado de irreverencias y locuras de Mockus durante sus dos alcaldías, pero más recientemente por sus declaraciones en las que ha tenido que cambiar de opinión ante el desconocimiento de ciertos temas.
Voy a lo siguiente: en 1997, Juan Manuel Santos apoyó el infame despeje para las FARC, años después se retractaría de aquella opinión, algo que nadie reprochó. En cambio, Mockus alguna vez afirmó no creer en Dios y sin embargo ahora sí, ¿qué tiene de malo replantear o cambiar las creencias religiosas? Mockus también afirmó que si era legal extraditaría a Uribe, aunque después se retractó ante el desconocimiento del mecanismo de extradicón, ¿acaso un candidato se las tiene que saber todas?
Una vez más, el uribismo nos ha dado una lección de hipocresía y doble moral.