La Jeta de Spielberg Como se supone que ha contado el propio Steven Spielberg, sus inicios en la industria cinematográfica fueron un tanto irregulares. Según el relato, el joven Steven se puso un traje, agarró una maleta de su padre – que sólo contenía un sándwich y unos caramelos – y se coló en los estudios Universal con el viejo truco de aparentar normalidad y tirar para adelante. Parece que encontró un despacho vacío y le puso un letrerito con su nombre que había comprado. Solicitó una extensión telefónica y se la concedieron. Pasaron dos años hasta que el futuro director de Tiburón y E.T. fue descubierto.