Los goles del montenegrino Mirko Vucinic, ambos a balón parado y en la segunda mitad, dieron el triunfo como visitante a la Roma en su visita al eterno rival Lazio (1-2), lo que devuelven al conjunto romano al liderato y, además, el honor ciudadano que todo duelo de la máxima rivalidad conlleva.
El derbi romano, que cierra la trigésima cuarta jornada liguera de la máxima categoría italiana, volvió a tener de todo, menos fútbol de calidad: incidentes entre aficiones, tensión y emoción dentro el terreno de juego, peleas y expulsiones.
Todo ello, sin duda, lo da por bien llegado la Roma, que vuelve a recuperar, con un punto de ventaja, el liderato que el último lunes le había arrebatado momentáneamente el Inter de Milán con su triunfo local ante la Juventus Turín (2-0).
Sin embargo, el duelo de la máxima rivalidad romana no vio tanta diferencia sobre el césped que lo que marcaba la clasificación: una Roma líder y con 31 puntos de ventaja con que se plantaba sobre un Lazio enclavado en la decimosexta posición y a un solo punto del descenso.
Tal vez por la mayor necesidad, la Lazio salió más metido en el partido y al cuarto de hora hizo valer su mayor empuje con el 1-0, obra de Tomasso Rocchi, que con un disparo mató un buen pase en vertical del argentino Christian Daniel Ledesma.
La Lazio dominaba y controlaba a un Roma ofuscado, sin creación y sin gran peligro delante, con un capitán Francesco Totti perdido.
No en vano, en el descanso, el técnico romanista Claudio Ranieri dejó en los vestuarios a sus dos grandes estrellas: Daniele De Rossi y Totti, poniendo en liza al argentino Taddei y al francés Jeremy Menez. Ambos, luego serían parte importante en la remontada.
Sin embargo, el inicio de la segunda mitad vio una pena máxima favorable al Lazio que podía haber sentenciado la contienda. Pero Floccari disparo centrado y flojo y facilitó el despeje del meta brasileño Julio Sergio (m.48 ).
Apenas seis minutos después, todo cambió; y precisamente merced a otra pena máxima, esta vez bien ejecutad por Vucinic, que puso el 1-1. La igualada dio mayor presencia a la Roma ante una Lazio más precavido y buscando resolver al contragolpe.
Lo que llegó fue el 2-1, en un potente saque directo de falta de Vucinic, desde el borde del área y que se vio beneficiado por la apertura de la barrera lacial.
De ahí al final, intentos inútiles de un equipo lacial que gozó de una buena ocasión para empatar, aparición de entradas bruscas, nervios, y la expulsión de Ledesma en el minuto 90 que dejaba a la Lazio en diez.
La Roma conseguía su doble objetivo: tres puntos que le devuelven al liderato; y permitir a sus aficionados vivir una de las mejores semanas del año ya que, además, se hunde al eterno rival.